Fue el reforzamiento de su seguridad a partir de información de inteligencia que lo identificaba como blanco de un atentado del narcotráfico, lo que salvó la vida del secretario en el ataque a tiros ocurrido esta mañana cuando se trasladaba de su casa en las Lomas de Chapultepec a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.

En esta columna le di a conocer el pasado miércoles 17 de junio que los servicios de inteligencia del gobierno federal tenían información de que el crimen organizado preparaba un atentado contra un personaje de alto nivel.

El jueves anterior (11 de junio) el gabinete de seguridad, encabezado por el presidente López Obrador, escuchó la grabación de una llamada telefónica entre presuntos sicarios del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), interceptada por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Su autenticidad fue verificada por la Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA) y en ella, los presuntos sicarios hablan, sin mencionar nombres, de la preparación de un atentado de alto nivel.

Las fuentes que confirmaron lo ocurrido en esa reunión del gabinete de seguridad refieren que del análisis de situación ahí realizado, se definieron cuatro posibles blancos: el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard por haber firmado la extradición a Estados Unidos del hijo del capo del CJNG, concretada el jueves 20 de febrero pasado; el secretario federal de Seguridad, Alfonso Durazo, cabeza de la estrategia antinarcóticos del gobierno; el director de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto, por las acciones emprendidas contra las finanzas de la organización delictiva; el secretario de Seguridad de la CDMX, Omar García Harfuch por los golpes asestados a las estructuras de narcomenudeo del cártel en la capital del país. En todos los casos, se ordenó el reforzamiento de su seguridad.

Por lo ocurrido esta mañana en el cruce de Paseo de la Reforma y Monte Blanco, el objetivo era García Harfuch quien recibió tres balazos y sufrió lesión por esquirlas de una granada de fragmentación pero que, de acuerdo con la más reciente información está fuera de peligro.

El secretario de Seguridad Pública de la CDMX, quien ha asestado fuertes golpes al narcomenudeo capitalino desde que asumió el cargo en octubre del año pasado es la tercera generación de una familia que se ha desempeñado con éxito en posiciones de primer nivel en cuanto a seguridad nacional y pública se refiere. Su padre fue el también ex jefe de la policía del entonces Distrito Federal, Javier García Paniagua y su abuelo, Marcelino García Barragán, secretario de la Defensa Nacional durante el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz.

El atentado de esta mañana sugiere que se hace un buen trabajo en la CDMX en materia de seguridad. Hace unos días la jefa de gobierno Claudia Sheinbaun hablaba de una reducción de más de 40% en la comisión de delitos. Pero también convierte a las calles de la capital del país en escenario de violentos atentados del crimen organizado.

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