El ser humano es la especie con raciocinio y consciencia en este mundo. Eso nos diferencia del reino animal y vegetal.

Por: Perla Ernest

¿Qué es la consciencia?

Es el acto de la voluntad personal para darse cuenta de algo relacionado consigo mismo, el bien y el mal o con el sentido de las cosas para reflexionar sobre ello y así percibir al mundo con mayor sapiencia.

Sin embargo, el uso de ambas inteligencias es influido por un sistema de interpretación ante los factores externos que experimentamos, heredamos y vivimos entre el nacimiento y los siete años de vida, en los que se viven los cambios más importantes del cuerpo, se aprenden las habilidades para tener una identidad personal, se adaptan al medio donde viven, las decisiones se basan en las sensaciones y viven a través de los sentidos adaptándose a la naturaleza.

De los siete a los 14 años se desarrolla la parte colectiva en donde se comparan sus capacidades físicas con sus pares, aprenden a socializar con sus propios medios, se adaptan al entorno donde viven y las decisiones se basan en las experiencias previas del rechazo. Además, se experimenta la sensación de miedo o aprobación del entorno, viven a través de los ojos de los demás y comparan su educación y permisos con los otros (ley de la mayoría).

De los 14 a los 21 se desarrolla la parte emocional a nivel individual, reconocen la emoción con base en lo que sienten, descubren quién y qué les emociona, crean sus ideales de la vida e identifican sus gustos. También cuestionan a su familia al necesitar descubrir el mundo por sí mismo, buscan ser valiosos para los demás, se identifica el amor y la pareja, comienza una rebelión contra la autoridad y se va formando la responsabilidad.

Me llegó muy de cerca entender el caso de Salvador Ramos, un adolescente de 18 años, quien le disparó a su abuela tras una discusión sobre la factura de su teléfono y minutos después realizó la matanza de 19 niños y dos maestros en Uvalde, Texas. La CNN y varios medios de comunicación han recopilado la historia del joven ahora muerto. Un adolescente aislado, sin amigos, callado, sin embargo, con impulsos agresivos hacia su persona, envuelto en peleas, víctima de acoso, “bullying” y quien presentó tartamudez de niño. Tuvo una madre adicta, lo que posteriormente lo llevó a vivir con sus abuelos.

La interpretación hacia la vida desde su comportamiento humano era vengarse.

Este conjunto de situaciones tienen debilidades de crear máscaras de masoquismo, el cual es abusado por los demás. Hacen las cosas lento para que los demás lo apuren o insulten. No ven por sus propias necesidades, es decir, no se ayudan a sí mismos y suelen ponerse en situaciones donde lo avergüencen o lo hostiguen.

El origen de esta configuración tiene una falsa creencia de: soy malo. Una emoción adictiva al mal humor y al enojo en donde el detonante emocional es la vergüenza. El boicot es un conflicto que lo persiguió desde los 4 y 5 años, ya que cuando necesitaba cariño, seguramente recibió hostilidad, gritos y regaños por algún miembro de la familia desde su percepción.

El ambiente más efectivo para personas con este tipo de situaciones el respeto, la reafirmación y el cultivo del bienestar. El ambiente menos efectivo es la crítica, el ridículo y compañeros no amistosos. La parte del cerebro afectada es la fronto/temporal.

De acuerdo a la Mayo Clinic, los signos más comunes de las afectaciones de los lóbulos frontales y temporales son:

Conducta social cada vez más inapropiada. Pérdida de empatía y otras habilidades interpersonales. Falta de juicio. Pérdida de la inhibición. Falta de interés (apatía), que puede confundirse con depresión. Conducta compulsiva repetitiva, como golpear.

De hecho, hay mutaciones genéticas que se han vinculado con la alteración frontotemporal.

Aunado a la tartamudez con la que creció, vivió con bucles neuroemocionales de vergüenza, rechazo interno, ataque, paralización o huida. Te lo comparto como una adulta que de niña desarrolló tartamudez y los mecanismos de defensas y sobrevivencia son realmente alertadores cuando no se canaliza. Desde el autoodio, el pánico y la autoflagelación son comportamientos frecuentes ya que la tartamudez es como un iceberg. El 10% es lo que la gente ve: repeticiones, bloqueos y contorsiones faciales si la persona es descubierta. Si la persona tartamudea encubiertamente lo presenta por medio de repeticiones, evade situaciones, manipula las situaciones retadoras, usa trucos y un sin fin de muletillas y distractores para sobrevivir. Ambas alteran la personalidad, el liderazgo y cómo enfrentamos la vida. El origen de la tartamudez es multifactorial, neurológico, genético y hereditario. La epidemiología de la tartamudez. La edad de origen de la tartamudez en el 90% de los casos es entre los 25 y 41 meses y hay al menos 40 millones de personas con tartamudez en todo el mundo. Los Genes de la tartamudez son: GNPTAB, GNPTG, NAGPA y AP4E1.

¿Una simple tartamudez lo llevó a hacer todo eso? Una parte fue influida, sin embargo, el ambiente en el que vivió y cómo interpretó la vida lo llevaron a actuar de esa forma.

¿Me voy a quedar como nací e interpreté la vida de niño(a)?

Gracias a la neuroplasticidad cerebral podemos reforzar las conexiones o crear nuevas redes neuronales. A través de nuevos aprendizajes, haciendo lo que te gusta y teniendo hábitos saludables, no sólo puedes utilizar el 100% de tu cerebro, sino que puedes aprovecharlo al 100%.

Seguro hay más casos como Salvador en México y en el mundo, por eso es crucial entender y trabajar en nuestra etapa evolutiva para cambiar el rumbo de nuestra vida.

Fundadora de Proyecto Ernest

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