En esta sobre la rabia en México recordamos las medidas sanitarias y las campañas de difusión ejercidas por las autoridades en el siglo XX, sobre todo en los años 60, década con mayor prevención de la enfermedad.

México tuvo una historia complicada con el virus, con miles de perros vacunados, otros sacrificados y una que otra producción de “info entretenimiento” que sirvió para asustar a la población.

Diarios como EL UNIVERSAL mostraron en sus páginas algunos de los casos de contagio, así como intentos por localizar a posibles infectados y salvar sus vidas. Entre sus columnas aparecieron críticas y condenas a las crueldades de las autoridades sanitarias, pues no todo era sacrificar a perros callejeros para detener la .

La producción mexicana “Seis Días para Morir” fue la película que más abordó la crisis sanitaria por la rabia. Uno de los momentos más recordados de la cinta es la intervención del actor Germán Valdés “Tin Tan”, como un globero que muere por el patógeno. Foto: ESPECIAL/Producciones Sotomayor.
La producción mexicana “Seis Días para Morir” fue la película que más abordó la crisis sanitaria por la rabia. Uno de los momentos más recordados de la cinta es la intervención del actor Germán Valdés “Tin Tan”, como un globero que muere por el patógeno. Foto: ESPECIAL/Producciones Sotomayor.

Avisos urgentes para localizar a contagiados

Durante los 60, aparecieron avisos en los medios para hallar a posibles , quienes no podían identificarse de inmediato y corrían el riesgo de sucumbir ante el virus. EL UNIVERSAL colaboró con la búsqueda de casos positivos y visibilizó la urgencia de atención médica.

En un llamado de emergencia a nombre de la Secretaría de Salubridad y Asistencia, este diario notificó el 23 de febrero de 1966 que el perro que atacó a vecinos de la colonia Campestre Churubusco unas semanas antes padecía rabia; los afectados debían comenzar su tratamiento antirrábico de inmediato.

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El 7 de julio del 66 se publicó una advertencia para las personas atacadas por un perro el 26 de junio del mismo año entre Puente de Alvarado y Jesús Terán – en la Ciudad de México –, pues el can falleció de rabia.

Vacunación de un perro en Puebla en la década de los noventa. A través de las páginas de EL UNIVERSAL se visualizó la acción colectiva contra los casos de rabia; hubo avisos de emergencia para localizar posibles infectados y anuncios para inmunizar mascotas, todo para evitar la propagación del patógeno. Foto: Archivo EL UNIVERSAL.
Vacunación de un perro en Puebla en la década de los noventa. A través de las páginas de EL UNIVERSAL se visualizó la acción colectiva contra los casos de rabia; hubo avisos de emergencia para localizar posibles infectados y anuncios para inmunizar mascotas, todo para evitar la propagación del patógeno. Foto: Archivo EL UNIVERSAL.

Para el 16 de julio de 1966, EL UNIVERSAL advirtió de la situación de dos extranjeros, quienes convivieron con una cachorra rabiosa en la Ciudad de México. Debido a la alta probabilidad de contagio y a la posible salida del país de los afectados, las autoridades insistieron en su búsqueda para iniciar con las inyecciones.

Avisos como los anteriores no eran comunes entre las páginas de este diario – 1966 fue el año con más notificaciones de este tipo –, pero eran relevantes por la carrera contra reloj que enfrentaron las autoridades sanitarias para encontrar a los contagiados y empezar el tratamiento contra la rabia.

Películas y teleserie de los años 60 sobre la rabia

Esos “llamados urgentes” para encontrar a los contagiados de rabia inspiraron “Seis días para Morir”, cinta que dramatizó la crisis sanitaria en las salas de cine.

El “info entretenimiento” es el manejo de la información con un toque tendencioso y atractivo, pues recurre a métodos llamativos para educar sobre temas no tan complejos y hasta morbosos: es “entretener y comunicar”, sin profundizar demasiado.

Fiel a la fórmula del “star sistem”, “Seis Días para Morir” tuvo a reconocidos artistas mexicanos que atrajeron al público como David Reynoso, José Elías Moreno, Sara García, Fernando Soler y la interesante participación de Germán Valdés “Tin Tan”. Foto: ESPECIAL/IMDb/Producciones Sotomayor.
Fiel a la fórmula del “star sistem”, “Seis Días para Morir” tuvo a reconocidos artistas mexicanos que atrajeron al público como David Reynoso, José Elías Moreno, Sara García, Fernando Soler y la interesante participación de Germán Valdés “Tin Tan”. Foto: ESPECIAL/IMDb/Producciones Sotomayor.

Así, en noviembre de 1967 se estrenó “Seis días para morir (La rabia)”, película de Emilio Gómez Muriel y un ejemplo de la participación del cine nacional sobre problemas de salud pública, con una representación muy favorable del sistema gubernamental.

Cabe destacar que, en los años 60, los medios de información y entretenimiento lidiaron con la contención cultural e ideológica del gobierno mexicano; eso condicionó el tratamiento de los productos comunicativos.

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La cinta de Emilio Gómez mostró intervenciones informativas explícitas sobre la rabia, como si fuera un panfleto o un corto de difusión a favor del Centro Antirrábico de la Ciudad de México. A pesar de eso, no tuvo un escrutinio científico destacable y sólo mostró aspectos superficiales de la enfermedad.

La trama describía la labor de los servicios médicos para localizar a tres niñas que contrajeron el patógeno, antes de que pasaran seis días y comenzaran los irremediables síntomas.

La parte malvada de la película no fue el virus en sí, sino la negligencia, ignorancia e inmoralidad de algunos personajes – sobre todo del reportero encargado de la noticia –, pues se pusieron en riesgo la misión del gobierno y la supervivencia de las niñas.

“Seis días para morir” o “La rabia”, cinta de 1967, bajo la dirección de Emilio Gómez Muriel. Fuente: YouTube.

Sin importar que los medios de comunicación eran agentes clave en la prevención y combate de la rabia, “Seis días para Morir” se enfocó en criticar los intereses de los periodistas por su percepción unilateral.

El proyecto de Emilio Gómez no fue la única película que recurrió a la rabia como centro. Un año antes – en 1966 – se estrenó un ejemplo más ficcional sobre el contagio humano: “El Mal”, película estadounidense y mexicana, dirigida por Gilberto Gazcón.

“El Mal” mostró a la rabia como un enemigo invisible, mortal y aterrador, casi como una maldición. La película reforzó la idea de la peligrosidad del virus, pero en un plano más ficcional.

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La cinta aborda el contagio del médico de una comunidad fronteriza aislada en el desierto. El hombre recibe la mordedura de su perro infectado con el patógeno y debe trasladarse a un pueblo lejano para inmunizarse contra los inminentes síntomas antes de que sea tarde.

La cinta “El Mal” también contó con las actuaciones de David Reynoso y José Elías Moreno. Este último protagonizó una escena emblemática cuando resulta contagiado de rabia y los habitantes del pueblo lo amarran a un poste para que muera. Foto: ESPECIAL/IMDb/Cinematográfica Jalisco.
La cinta “El Mal” también contó con las actuaciones de David Reynoso y José Elías Moreno. Este último protagonizó una escena emblemática cuando resulta contagiado de rabia y los habitantes del pueblo lo amarran a un poste para que muera. Foto: ESPECIAL/IMDb/Cinematográfica Jalisco.

La cinta de Gazcón tuvo un argumento más convincente que “Seis Días para Morir”, pues sólo contó una encrucijada individual para ganarle al tiempo, sin capacitación ni respaldo gubernamental.

Otro ejemplo comunicativo y focalizado fue la teleserie “Decisión”, proyecto oficial entre la Secretaría de Salubridad y Asistencia (SSA) y Telesistema Mexicano – ahora Televisa –. Tenía pocos episodios y se transmitió en 1962, en el Canal 4.

“Decisión” aprovechó el “info entretenimiento” y representó enfermedades de alto impacto social con una intención educacional y tono melodramático. El 13 de mayo de 1962 salió el capítulo sobre un infante mordido por un perro rabioso y que falleció por la negligencia de sus padres.

Lo interesante del proyecto entre la SSA y Telesistema era que sus historias venían de ejemplos reales, para impactar mejor a los televidentes. Así, las ficciones televisivas y cinematográficas aprovecharon el creciente miedo a la rabia y previnieron a la población.

Cinta “The rage” o “El mal”, una producción entre Estados Unidos y México; se estrenó en 1966, bajo la dirección de Gilberto Gazcón. Tomado de Youtube.

Muerto el perro, ¿se acaba la rabia?

Desde el 25 de enero de 1966, la asociación periodística independiente “El Club del Mejor Amigo del Hombre” publicó su columna homónima en EL UNIVERSAL. Su intención fue promover la adopción de perros y el cuidado de este animal, así como informar de manera detallada sobre la rabia y otras enfermedades relacionadas con los canes.

“El Club del Mejor Amigo del Hombre” abogó por la vacunación antirrábica y por la protección del perro, sin importar si tenía dueño o era población callejera. Bajo ese concepto, el 27 de agosto de 1965 emitieron una condena contra algunos de los métodos “salvajes” que las autoridades mexicanas aplicaron contra los canes.

“La Secretaría de Salubridad y Asistencia cree que con perros [callejeros] no puede haber salubridad. Pero sólo lo cree cuando se trata de perros pobres que no pueden pagar la inyección antirrábica”, crítica sin autor, publicada el 15 de octubre de 1931 en EL UNIVERSAL ILUSTRADO. Foto: Archivo EL UNIVERSAL.
“La Secretaría de Salubridad y Asistencia cree que con perros [callejeros] no puede haber salubridad. Pero sólo lo cree cuando se trata de perros pobres que no pueden pagar la inyección antirrábica”, crítica sin autor, publicada el 15 de octubre de 1931 en EL UNIVERSAL ILUSTRADO. Foto: Archivo EL UNIVERSAL.

Como parte de su estrategia contra la rabia, el gobierno federal amplió la infraestructura y equipo de los centros antirrábicos. Desde 1966 se ofreció servicio las 24 horas del día, pero esa disponibilidad se tradujo en un aumento de capturas y sacrificios caninos.

En el siglo XX se promocionó la “eliminación” masiva de perros callejeros, mientras no dañara a los animales que tenían dueño. Se le consideró entonces la manera más “efectiva” para erradicar los contagios por rabia.

Según un reportaje del 12 de septiembre de 1966 en este diario, el servicio antirrábico de Ciudad Juárez capturó 722 perros, pero sólo 25 de esos padecían rabia. A todos se les sacrificó, en ocasiones a costa de los dueños que no acudieron pronto a recogerlos.

Lo mismo pasó con el antirrábico de la Ciudad de México que para 1966 capturó 550 canes, con sólo 66 portadores de rabia.

A principios de 1968, año de las Olimpiadas en México, la SSA y el Instituto Antirrábico de la capital emitieron una drástica para la primera mitad del año. Primero, se planteó eliminar a más de 140 mil perros callejeros a través de cámaras de gas.

EL UNIVERSAL reportó el 3 de agosto de 1966 la detención de un hombre que acudió a varios domicilios de la Ciudad de México para suministrar supuestas vacunas contra la rabia a perros domésticos. Se le encarceló al comprobarse que las inyecciones no eran de suero antirrábico, sino pura agua. Las autoridades recomendaron a la población vacunar a sus perros sólo en centros antirrábicos públicos o en vehículos autorizados. Foto: Archivo EL UNIVERSAL/Gildardo Solís.
EL UNIVERSAL reportó el 3 de agosto de 1966 la detención de un hombre que acudió a varios domicilios de la Ciudad de México para suministrar supuestas vacunas contra la rabia a perros domésticos. Se le encarceló al comprobarse que las inyecciones no eran de suero antirrábico, sino pura agua. Las autoridades recomendaron a la población vacunar a sus perros sólo en centros antirrábicos públicos o en vehículos autorizados. Foto: Archivo EL UNIVERSAL/Gildardo Solís.

Segundo, envenenamiento de perros – callejeros, extraviados o de paseo con sus dueños – por medio de trozos de carne impregnados con sustancias químicas nocivas. Las carnadas estarían en calles y parques públicos, al acceso de cualquier ser vivo.

La Olimpiada requería de calles “limpias”, y ese fue el plan de emergencia.

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“El Club del Mejor Amigo del Hombre” protestó contra esta medida gubernamental: “la Ciudad de México no puede ser envenenada”, sentenciaron en su columna del 15 de febrero de 1968.

Las condenas surgieron por la posible afectación de perros caseros y de infantes que no medían su curiosidad por cosas tiradas en las aceras.

Al final, la estrategia de trozos de carne con veneno no se ejecutó y, en su lugar, se lanzó la primera campaña masiva de vacunación en el área metropolitana.

La Secretaría de Salubridad y Asistencia realizó la inmunización antirrábica en julio de 1968 para mascotas y sentó las bases para lograr un éxito contundente de prevención y conciencia. En esa ocasión, apenas se pudo inmunizar a 300 mil perros caseros, más un número indeterminado de otras especies, pero para la década de 1970 ya eran millones los vacunados.

Adicional a la vacunación antirrábica, algunos ayuntamientos del país optaron por la esterilización de los animales de compañía – perros y gatos – para controlar a las poblaciones callejeras y minimizar el posible contagio. Foto: Adalberto González/Archivo EL UNIVERSAL.
Adicional a la vacunación antirrábica, algunos ayuntamientos del país optaron por la esterilización de los animales de compañía – perros y gatos – para controlar a las poblaciones callejeras y minimizar el posible contagio. Foto: Adalberto González/Archivo EL UNIVERSAL.

Fue gracias a las campañas públicas de protección antirrábica, al contenido de entretenimiento, así como a la concientización de los dueños de animales de compañía, que fue posible controlar esta enfermedad.

Para el 2019 y después de tantos años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decretó que México era el del planeta en erradicar el contagio por rabia entre perro y humano.

La OMS considera como “libre de rabia” a la nación que tenga una constancia mínima de dos años sin contagio en humanos. Desde el 2006, México no contabilizó casos de infección por mordedura o contacto con canes.

En la actualidad es imperativo el manejo responsable de toda mascota que conviva en casa, en cuanto a control y registro de vacunas, esterilización, desparasitación, aseo y alimentación, todo bajo supervisión veterinaria.

  • Fuentes:
  • Hemeroteca EL UNIVERSAL
  • Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, (CDC) – Página Web
  • Química.es - Página Web
  • Correa, P. (1981). La rabia, manifestaciones clínicas, transmisión, prevención y tratamiento. En Clínica Veterinaria.
  • Galindo-González, J. y Medellín, R. (2021). Los murciélagos y la COVID-19, una injusta historia. En CIENCIA ergo-sum.
  • Gudiño, M. (2012). Un recorrido por el acervo filmográfico de la Secretaría de Salud de México. En História, Ciências, Saúde.
  • Montfort, R. (coord.) (2010). Cien Años de prevención y promoción de la Salud Pública en México. 1910-2010. Secretaría de Salud.
  • Neri, R. (1996). Una nota curiosa acerca de la rabia en México, en el siglo XIX. En Revista De La Facultad De Medicina.
  • Organización Panamericana de la Salud. (2004). Eliminación de la rabia humana transmitida por perros en América Latina.
  • Organización Panamericana de la Salud. (1967). Primer Seminario Internacional Sobre Rabia para las Américas.
  • Schneider, M. & Santos-Burgoa, C. (1994). Tratamiento contra la rabia humana: un poco de su historia.
  • Secretaría de Salud. (1999). Guía para la atención médica y antirrábica de la persona expuesta al virus de la rabia.
  • Vilchis, J. & Fernández de Castro, D. & Cárdenas, J. (1966). La rabia en México. En Salud Pública de México.
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