El antiguo Cártel de Guadalajara recibió un golpe mayor la noche del 9 de abril de 1989, cuando la Procuraduría General de la República dio a conocer que el día anterior se logró el arresto de Miguel Ángel Félix Gallardo, el capo que hasta ese día ostentaba el mayor control sobre el narcotráfico que se hubiera visto en Latinoamérica.

Durante la década de 1980 el tráfico de sustancias como marihuana y cocaína alcanzó proporciones y escenarios que resultaban difíciles de imaginar antes de la participación de Félix Gallardo, quien se volvió famoso con el apodo de “Jefe de Jefes”.

La captura fue sorpresiva y sigilosa

A sus 43 años de edad, el mafioso sinaloense también conocido como “el Padrino” ya había causado revuelo entre distintos cuerpos policiales, una vez que se sabía de su presencia en ciudades como Culiacán, Guadalajara, Tijuana, Tegucigalpa y Medellín.

Sin embargo, desde tiempo atrás, algo que caracterizaba a Félix Gallardo era su capacidad de movilización, que le permitió sacarle ventaja a las fuerzas de la ley en repetidas ocasiones. Se sabe, además, que tenía a su favor “su aspecto de hombre de negocios, sus buenos modales y sus relaciones”.

Además de mantener la imagen de un "hombre de negocios", Félix Gallardo no acostumbraba acompañarse de guardaespaldas, lo que habría facilitado su racha de evadir esfuerzos policiales. Foto: Archivo.
Además de mantener la imagen de un "hombre de negocios", Félix Gallardo no acostumbraba acompañarse de guardaespaldas, lo que habría facilitado su racha de evadir esfuerzos policiales. Foto: Archivo.

Lo que diferenció al operativo del 8 de abril de 1989, según reportó en su momento EL UNIVERSAL, fue la sorpresa con la que Policía Judicial Federal (PJF) ejecutó la aprehensión y el sigilo con que se resguardó los preparativos, que tomaron tres meses.

La nota de este diario narró que el despliegue de la PJF no duró más de cinco minutos y que, para sorpresa del público, no se disparó ni una bala, de la misma forma que tampoco se importuno a su familia, si bien se encontró cierto número de armas de alto calibre en el domicilio de la colonia Jardines del Bosque.

El narcotraficante Miguel Ángel Félix Gallardo al interior de las instalaciones de la PGR en la ciudad de México, tras su detención el 8 de abril de 1989 en Guadalajara, Jalisco. Foto: Alfonso Murillo/EL UNIVERSAL.
El narcotraficante Miguel Ángel Félix Gallardo al interior de las instalaciones de la PGR en la ciudad de México, tras su detención el 8 de abril de 1989 en Guadalajara, Jalisco. Foto: Alfonso Murillo/EL UNIVERSAL.

Una vez que el equipo de treinta agentes federales extrajo al criminal de su casa habitación, lo trasladaron primero a las oficinas policiales tapatías y de ahí al aeropuerto de Guadalajara, donde abordó un avión de la PGR, fuertemente custodiado, que lo trajo a la ciudad de México.

El “Jefe de Jefes” dejó su huella en el narco

Los expertos señalan que uno de los cambios más notorios que se perciben en el narcotráfico a raíz de las actividades de Félix Gallardo es el uso de la palabra “cártel” para denominar a las agrupaciones delictivas que se especializan en sustancias ilícitas. Desde que la DEA bautizó a esta banda como el “Cártel de Guadalajara”, el término llegó para quedarse.

Un dato que resulta trascendente a la hora de comprender la influencia del sinaloense es que él fue el primero en asociarse con Colombia para llevar cocaína hasta Estados Unidos por vía aérea, estrategia que continuó a gran escala Amado Fonseca Carrillo “El Señor de los Cielos”, uno de sus sucesores.

Siempre en la misma posición, e inmutable, Miguel Ángel Félix Gallardo escucha los autos acusatorios que le fueron leídos durante su declaración preparatoria por los delitos contra la salud, acopio de armas y cohecho.  Foto: Alfonso Murillo/Archivo El Universal.
Siempre en la misma posición, e inmutable, Miguel Ángel Félix Gallardo escucha los autos acusatorios que le fueron leídos durante su declaración preparatoria por los delitos contra la salud, acopio de armas y cohecho. Foto: Alfonso Murillo/Archivo El Universal.

Por lo anterior los medios consideran "histórico" al Cártel de Guadalajara, que fundó el propio Félix en sociedad con Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo.

A más de tres décadas de su captura, el legado criminal del “Jefe de Jefes” llega a la actualidad a través de los cárteles que, según plantea el análisis de la Universidad Rice de Texas, deben su existencia, además de luchas internas, a la repartición que hiciera Félix Gallardo tras caer ante la PJF.

Imagen de la detención del capo conocido como el Jefe de jefes / Foto: Archivo EL UNIVERSAL
Imagen de la detención del capo conocido como el Jefe de jefes / Foto: Archivo EL UNIVERSAL

De este modo, los cárteles de Sonora, de Juárez, de Sinaloa y de Tijuana ascendieron en la carrera del narco gracias al impulso que habrían obtenido de las actividades de sus predecesores, aunque sólo al de Tijuana se le considera “sucesor” del de Guadalajara.

Cayó cuatro años después de “Don Neto”

Según el recuento del reportero de EL UNIVERSAL, Manuel Alonso, los narcos más infames de los años setenta y ochenta “comenzaron a cometer errores” y así cayeron poco a poco. El primero habría sido Caro Quintero, quien se retiró a Costa Rica, pero actuó en un llamativo “plan de magnate”, comprando propiedades lujosas.

Al también llamado “Narco de Narcos” lo sorprendieron el 4 de abril de 1985 en compañía de la joven jalisciense Sara Cosío, quien resultó clave para la captura luego de contactar a su familia para expresar que no estaba secuestrada, sino que huyó con Caro Quintero por decisión propia.

Rafael Caro Quintero escuha la lectura del expediente de su consignación. Archivo EL UNIVERSAL.
Rafael Caro Quintero escuha la lectura del expediente de su consignación. Archivo EL UNIVERSAL.

El siguiente sería Ernesto Fonseca “Don Neto”, al que aprehendieron en Puerto Vallarta sólo tres días después, cuando un puñado de sus hombres, ebrios, tuvo un pleito que los llevó a ser detenidos por la policía preventiva, cerca de la casa que rentaban como escondite.

Tres quedaron en libertad y uno permaneció con los gendarmes, que sospecharon por la posesión de un arma prohibida a particulares: una “nueve milímetros”. Luego de encontrarle medio gramo de cocaína, lo interrogaron y dieron con el domicilio, que lanzó la alarma por su aspecto y la presencia de múltiples vehículos.

Ernesto Fonseca "Don Neto", considerado uno de los capos que aró el camino para el desarrollo de "los grades cárteles" de la droga en México. Preso por el aseisnato del agente de la DEA, Enrique Camarena. Foto: Héctor Martínez/Archivo EL UNIVERSAL.
Ernesto Fonseca "Don Neto", considerado uno de los capos que aró el camino para el desarrollo de "los grades cárteles" de la droga en México. Preso por el aseisnato del agente de la DEA, Enrique Camarena. Foto: Héctor Martínez/Archivo EL UNIVERSAL.

La Dirección de Seguridad Pública local solicitó apoyo al Ejército para rodear la propiedad y llamar a los ocupantes a entregarse, quienes al no tener de otra salieron y dieron sus nombres. Ese día, “el capo número uno”, a sus sesenta años, cayó junto a varios de sus corruptos aliados del sistema policial de Jalisco y del país.

Tal y como se ve en las páginas de EL UNIVERSAL, los arrestos de “Don Neto” y el “Jefe de Jefes” salieron a la luz el mismo día 10 de abril, con cuatro años exactos de diferencia. A la fecha de esta entrega, ambos capos se encuentran presos y, además de su avanzada edad, presentan diversos padecimientos.

En la segunda mitad de 2022, Félix Gallardo volvió a ser noticia cuando se supo que solicita la prisión domiciliaria por su deteriorado estado de salud, y se encuentra en espera del brazalete electrónico que le permita cumplir su condena fuera del Penal de Puente Grande.


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