Tras varios amagos de legisladores de Morena para desaparecer a las Administradoras de Fondos de Ahorro para el Retiro (Afores) y crear una entidad pública que administre los recursos de los trabajadores, hoy el presidente Andrés Manuel López Obrador sorprendió con el anuncio de una reforma al sector, la cual, se asegura, tiene el aval del grueso de los empresarios del país.

En el anuncio reapareció el representante de la cúpula de cúpulas empresariales del país, el Consejo Coordinador Empresarial, cuyo presidente, Carlos Salazar Lomelí , mantenía un gélido distanciamiento con Andrés Manuel López Obrador desde aquellas declaraciones de principios de abril sobre que en Palacio Nacional les habían “cerrado la puerta”, y que si los empresarios querían que el Presidente se fuera, había que reunir 30 millones de votos y aprovechar la opción de la revocación de mandato del 2022.

Las declaraciones de Salazar Lomelí, quien presumía una relación de amistad con López Obrador, indigestaron al habitante principal de Palacio Nacional. “Es una falta de respeto, no le vuelvan a dar una cita”, le soltó el Presidente a su jefe de Oficina, Alfonso Romo, quien también ha tenido una relación de claroscuros con Salazar por temas del pasado.

El regreso del presidente del CCE a la silla de Palacio Nacional fue un símbolo; uno de los tantos que usa el presidente para comunicarse con sus interlocutores. La presencia de Salazar se leyó como la regeneración de los puentes entre el sector privado y el Presidente. “Si se trata de poner estrellitas, yo diría que le correspondería antes que a nadie a Carlos Salazar”, con quien, admitió, se distanció por diferencias y pese a ello siguió trabajando con el secretario de Hacienda, Arturo Herrera .

Los elogios hacia Salazar esconden intereses y, sobre todo, lucen como una nueva victoria para el Presidente, pues se obligará a los empresarios a aumentar sus aportaciones a las Afore de los trabajadores. Según la iniciativa de reforma, estas pasarán del 5.15% actual a un 13.87% en un periodo de ocho años. “La estrategia de la zanahoria y el garrote por parte de la 4T volvió a funcionar”, dice un empresario que forma parte del CCE. “Primero asustaron a las Afore y a los empresarios con estatizar el dinero de los trabajadores y al final terminaron negociando, como sucedió con las comisiones bancarias”.

El empresario perteneciente al sector de consumo tiene razón. En lo que va de la actual administración federal, por los menos tres legisladores han promovido iniciativas o vertido comentarios acerca de quitarle a los privados la potestad de los ahorros de los trabajadores. Desde el impresentable Gerardo Fernández Noroña , pasando por el líder de la CATEM, Pedro Haces , hasta el diputado Edelmiro Santos , han promovido que el ahorro de los trabajadores se traspase de las Afores privadas a un organismo público.

La propuesta concreta era que los fondos sean administrados por el Estado mediante un organismo descentralizado y que se inviertan sólo en actividades que propicien el crecimiento económico nacional, como el caso de Pemex y CFE, así como en valores gubernamentales. Las amenazas eran aderezadas por el Presidente. “Vamos a revisar los rendimientos de las Afores”, dijo en enero. “Pasando esta crisis (del Covid-19), vamos a revisar lo que se hizo en el periodo neoliberal de privatizar los ahorros, las pensiones de los trabajadores”, señaló en abril. “Vamos a resolver el tema de las Afores o serán un problema grave”, advirtió en junio.

Finalmente, luego de varias semanas de trabajo, se sacó la reforma, que además de aumentar las aportaciones de los patrones, propone la reducción de la cotización de las semanas, de las mil 200 que estipula la ley actual a 700, algo que también habían pedido las Afores, la Consar y en general los expertos del sector.

La reforma al sistema de pensiones demuestra una vez más el músculo negociador del presidente López Obrador, quien a punta de garrotazos, exhibiciones mediáticas y de la aplicación de la ley del hielo ha logrado que el llamado “poder económico” se someta a sus condiciones. Y si no, ahí están los casos de las comisiones bancarias, los pagos adelantados de impuestos y la cancelación de los litigios fiscales, el apoyo de los empresarios de medios en su visita a Washington para reunirse con Trump, los inexistentes apoyos fiscales y financieros tras la crisis del coronavirus…

Todo indica que una vez más los empresarios mordieron el anzuelo que les lanzó el Presidente a través de los legisladores de su partido… Todo indica que la 4T está sometiendo al poder económico con su gran poder político.

@MarioMal

Google News

TEMAS RELACIONADOS