Los mexicanos solemos culpar de todos nuestros males al gobierno. Aunque, efectivamente muchos de nuestros problemas en buena medida se los debemos a los políticos, especialmente los actuales; pero culparlos de todo, es una salida muy facilita, irresponsable y peligrosa. (Estamos como el “Payaso Victimita”).
Hay un adagio que dice que los pueblos tenemos el gobierno que nos merecemos. Aunque esta afirmación pudiera no ser exacta, en México se aplica, sobre todo ahora. Desde hace años, en este país surrealista se cometen actos que en otras naciones causarían tal escándalo que podría ocasionar la caída de todo el gobierno. Mientras que aquí, no pasa nada. El pueblo y los partidos de “oposición”, no se oponen, callan.
La manifestación de inconformidad más importante, la dieron los cristeros con su levantamiento armado, cuando, violando la libertad religiosa, impusieron limitaciones a las prácticas religiosas. La lucha la iniciaron de la nada. Calles se reía de ellos, pero el movimiento fue tomando fuerza gradualmente. Estaba teniendo tanto éxito, que, se espantó a tal grado que buscó ayuda gringa y de algún modo, se “arregló” con la jerarquía mexicana quien, traicionó a los que exponían su vida en el campo de batalla. Acabó la lucha armada y, discretamente, los principales cabecillas, fueron asesinados uno a uno. Posiblemente si la traición no se hubiera realizado, habría caído el PRI. Otra manifestación notoria, fue el Movimiento del 68, cuando los jóvenes brincaron contra el despotismo “diazordacista”. Ha habido otros movimientos más discretos.
Otro importante fue el que realizó el PAN, (aquel PAN conformado principalmente por miembros idealistas, patriotas y valientes), que, en una larga lucha totalmente desigual, poco a poco fueron obteniendo pequeños logros, hasta que finalmente en el 2000 Fox llegó a la Presidencia. Pero por varias razones, (entre otras, para entonces el PAN ya había cambiado bastante), no hizo los cambios requeridos. Uno de los factores que posiblemente intervinieron para su desviación fue que recibió recursos millonarios del gobierno, olvidó sus principios y empezó a corromperse, al tal grado, que ahora, ya solo es un partidito más.
Todavía seguimos de agachones. Hoy bajo la bandera de la 4ª Transformación, que en realidad es una terrible trastornación, el PRI con otro nombre, en nuestras narices está causando terribles destrozos por todos lados, unos por ineptitud o capricho y otros por perversidad, para encadenarnos al imperialismo “marxicastrochavipejiano”. Y todos, calladitos.
Hay quienes para reaccionar necesitamos tocar fondo. Y esto es justamente lo que nos está sucediendo, estamos por tocar fondo. Nuestro enemigo desde que fue declarado presidente electo, anunció abiertamente sus malignas intenciones. Amenazó cancelar el aeropuerto y no solo lo cumplió, sino que amplió los males. Absurdamente, nos endeudó para dejarnos sin aeropuerto y por sus “d’estos”, construir uno que, no sirve, pero delira que es de los mejores de Latinoamérica. Aunque está inaugurado y tiene himno, ni terminado está y mes con mes, representa un derroche millonario inútil. Ni siquiera él lo usa. En su terquedad de que se use, ha hecho estupidez y media. Decretó que los aviones de carga aterrizaran ahí, pero como es inadecuado, hay que trasladar por tierra las mercancías al otro, para realizar los trámites aduanales. Y perdimos una gran oportunidad de progreso. El ganón con tal salvajada, fue el aeropuerto de Panamá. Reactivó Mexicana de Aviación, la “inauguró” y está resultando un fracaso. ¡Surrealismo “cuatrotero” puro!
Pero eso, es “pecata minuta”, (no tan minuta). Los perjuicios los realiza por todos lados. Al prometer guardar la Constitución la guardó tan bien, que ni la observa y le molesta que se cumpla. Está dedicado a desmantelar instituciones, para concentrar todo el poder en su persona. Criminal y despiadadamente despojó de sus medicinas a los niños con cáncer. Eliminó el Seguro Popular perjudicando a 50’000,000 de mexicanos. Año con año, desmantela el Sector Salud, reduciéndole significativamente recursos. Éramos de los primeros lugares del mundo en vacunación, pero ahora, padecemos escases de vacunas. La esperanza de vida la redujo cuatro años. ¡Esto es amor por sus pobres!
Como nunca, la impunidad esta cercana al 100%, lo que, junto con los abrazos, es una invitación al crimen. Hay ramos comerciales y regiones, en las que, además de impuestos, hay que pagar derecho de piso o de paso. De negarse, los perjudican. Así sucedió a cuatro loteros de autos en Uruapan: los incendiaron e hirieron empleados, ante la indiferencia policial. Tal vez, los abrazaron. La parca reina el país. Por indiferencia e ineptitud “cuatrotera”, las muertes sobrepasan el millón. Es la nación más peligrosa para los periodistas. Aquí, hay más muertes por violencia que en países en guerra. ¡¿Tendrán abrazos para tanto delincuente?!
La “odiada” corrupción ha crecido exponencialmente. Muchas empresas contratadas por el gobierno se crearon este sexenio. Algunas con domicilios falsos o giros distintos a los negociados. Curiosamente, casi todas reciben pagos adelantados, cuando el problema más sufrido de los proveedores gubernamentales, es la morosidad del pago. Ningún presidente, de los que critica, tuvo tantos hijos, hermanos, cuñados, primos y otros familiares haciendo “negocios” con el gobierno, como él.
La economía va en caída. En el concierto de naciones hemos perdido presencia, pero tiene estrechos nexos con dictaduras comunistas, (hasta les regala petróleo y alimentos, mientras recorta recursos para medicinas). Apoya a gobernantes y candidatos malévolos del Grupo Puebla, (antes Foro de San Pablo). La producción agrícola ha bajado. La deuda gubernamental ha crecido. Ha tirado dinero a la basura como nunca. Hace “profesionistas” de la mañana a la noche. La lista es interminable. Posiblemente, la atrocidad más terrible de este fatal sexenio, sea su ataque a nuestra niñez. Con sus libracos de texto, elaborados con “ayuda” venezolana, las generaciones que los usen, quedarán ignorantes, retrasadas y adoctrinadas, para ser 100% obediencia. Con una carencia maternal total, está convirtiendo a nuestros niños, en seres humanos anulados, y sin futuro. Consecuentemente también a la patria. Lo más aterrador de todo, es que los padres de estos niños, no han reaccionado con la energía que se esperaría de unos progenitores que, se supone, aman a sus hijos.
Realmente, la lista de males es demasiado larga y catastrófica, y, sorprende que a pesar de tanto mal, no reaccionamos en proporción al daño. Además, desconocemos las traiciones que ha cocinado en lo oscurito. Es tanto el mal visible que, si no reaccionamos como para vencer al enemigo, es que, de plano, “estamos muertos” y sufriremos como los cubanos, venezolanos y nicaragüenses. Por si fuera poco, ya nos están avisando que van por el segundo piso de la 4ª Trastornación. ¡Así que agarrémonos, tenemos que echarle muchas ganas!
Lo bueno, es que un sector social, ya está reaccionando y cada día, conforme se va conociendo y aceptando la verdad, crece tanto en cantidad, como en entusiasmo y como cereza de pastel, nos cayó del cielo una candidata, que, aunque no acaba de convencer a todos, objetivamente está hecha a la medida. Pues, a decir verdad, la opositora señalada por el Dedo Supremo”, no le llega ni a los talones, además a medida que pase el tiempo, seguramente saldrá más excremento de la 4T. Así que somos una mancuerna que tenemos todo para ganar, con dedicación. Así que la oportunidad de no cometer el pecado de dejar que acaben de matar a la vaca, ahí está. El premio bien vale el esfuerzo. Concienticémonos de que somos la generación que tiene la posibilidad y la responsabilidad de liberar definitivamente a México de los malos gobiernos ya que, por primera vez en la historia tenemos la oportunidad de constituir un gobierno controlado por la ciudadanía. La historia espera nuestra respuesta, para ver si nos pone del lado de los buenos o de los malos. Por lo pronto, preparémonos para hacer acto de presencia el 18 de febrero. Y si somos creyentes; ¡A Dios rogando y el voto buscando!