Como estamos conmemorando lo más significativo y trascendente de la vida de Jesús, hoy vamos a cambiar de tema, sin cambiarlo. Me atreví a esto, en virtud de que, aunque desgraciadamente vamos reduciéndonos y muchos lo somos solo para efectos estadísticos, los católicos somos como el 80%, así que democráticamente, nos dirigimos a esa mayoría y a quien quiera leer esto, que hará que, a jacobinos y globalistas, se les retuerzan las tripas.

Festejamos porque creemos, (aunque sea difícil de entender, no todos lo creen a pies juntillas, incluyendo sacerdotes, obispos y jerarcas eclesiales), que hay un Creador que hizo el inconmensurable universo, dentro del cual puso un polvito, con una infinidad de características que permiten que los humanos lo habitemos.

A la primera pareja humana la puso en lugar paradisiaco, en el cual disfrutarían de una felicidad, que hoy no alcanzamos a comprender; para luego, sin morir, subir a un paraíso espiritual mejor. Pero les puso una pequeña condición. De entre millones de árboles, no podían comer el fruto de uno de ellos. Era un lugar increíble; no había dolor, los satisfactores los obtenían sin trabajar, (hoy muchos disfrutan eso, pero a costillas de otros), la naturaleza no les tenía secretos, lo sabían todo, y tenían una capacidad para amar más adelantada. Además, todas las tardes platicaban cara a cara, con su Creador. Todo era fabuloso.

Pero, como antes del universo visible, había creado uno espiritual, habitado por una miríada de seres que genéricamente denominamos ángeles, los cuales disfrutaban de una mayor felicidad y poderes. Uno de ellos se rebeló y arrastró a muchos seguidores, pero fueron derrotados y expulsados. Y, sin perder sus poderes, fueron a parar a un lugar opuesto, un infierno lleno de sufrimientos y malos sentimientos.

Cuando el Rebelde derrotado, se dio cuenta de que, había dos seres que eran muy felices, se llenó de envidia y se propuso perjudicarlos. Bajo la apariencia de una serpiente, se le acercó a la mujer y luego con una envolvente verborrea, (ahí nació la demagogia), le hizo creer que, si se los prohibían era porque si lo comían serían iguales a Dios. (Aquí nació el falaz argumento marxista del igualitarismo). Entonces, lo comió y convidó al compañero, que cayó redondito.

El Creador los juzgó. Interrogó a la mujer y ella se excusó: la serpiente me engañó. (Así nació la estratagema socialista de culpar a los demás de los errores propios). El varón siguiendo el caminito, culpó a la mujer. El creador dictó su sentencia a cada uno. A la serpiente la condenó a arrastrarse por el suelo y a que una mujer, le pisaría la cabeza y que habría enemistad entre él y su descendencia, (el redentor). Al varón le dijo que, por su culpa, maldita sería la tierra, la cual produciría espinas y abrojos. Que con grandes trabajos sacaría de ella el alimento y que con el sudor de su rostro comería su pan, hasta que volviera a confundirse con la tierra de la que fue formado, como polvo era, a ser polvo tornaría. A la mujer la condenó a parir a sus hijos con dolor. Y fueron expulsados del paraíso.

Así, se desligaron del Creador, perdieron su derecho al cielo y todos los beneficios. Dieron entrada al sufrimiento y la muerte, así como a Satanás. Olvidaron el saber. Afortunadamente, en la sentencia, implícitamente había la promesa de un redentor que restauraría el derecho al cielo para quienes lo buscaran.

El Creador no abandonó a la humanidad. Adoptó a un pueblo para guiarlo y que de él naciera el Redentor. Por fallas humanas, fue una relación de altibajos. Al llegar el Mesías quien además de reabrirnos las puertas celestiales, nos mostró cómo comportarnos y amarnos y nos regaló su permanencia sacramental. Como sus enseñanzas y su aceptación, molestaba a los fariseos y sus intereses perversos, le tendieron varias trampas, pero como era lógico, no cayó. De todos modos, ilegalmente lo crucificaron con crueldad. Asesinándolo, contribuyeron a la redención. La Divinidad piensa y obra de una forma muy diferente a la humana. Para la redención se valió de un símbolo de oprobio, para convertirlo en uno de triunfo. Y ya, para “requetereconfirmar” que sus palabras y la Iglesia que fundó era verdaderas, resucitó.

Y esto es lo que, algunos festejamos. También aprovechamos para implorar la ayuda divina para superar nuestras deficiencias, ser mejores y acercarnos más al Creador. Esto para el marxismo y derivados, es el opio del pueblo. Desde sus inicios, lucha para mantenerse en la línea marcada por Jesús. Si no fuera porque ha cumplido su promesa de que siempre estaría con ella y que no permitiría que la dañaran, ya no existiría. Ha sobrevivido grandes crisis: el sisma de oriente, la reforma de Lutero y otras. Parece que actualmente vive la crisis del fin de los tiempos. La Iglesia tiene el grave problema de estar integrada por seres humanos imperfectos. Por esto, efectivamente, ha cometido atrocidades repudiables. Pero si objetivamente, echamos a la balanza sus beneficios y sus males, pesan mucho más los beneficios. Y si consideramos que nos brinda la oportunidad de llegar al reino eterno, no hay nada que agregar. No estaría mal que socialmente adoptáramos algunos de sus valores, viviríamos en un mundo mejor.

Uno de los problemas que padece, es que también tiene fanáticos extremistas, que sintiéndose la pureza personificada adoptan actitudes dañinas, tanto para la Iglesia, como para la comunidad. Eso podemos comprobarlo ahora que se avecinan las elecciones más importantes y críticas de nuestra historia. Ante dos opciones: la dictadura que quieren acabarnos de imponer y la democracia, lo primordial es derrotar a la “Ecocandidata”. Para ello es indispensable votar masivamente por la candidata de la sociedad, cuidando que hay otro candidato puesto solo para quitarle votos a democracia. Como la candidata de la sociedad, de joven fue trotskista, (ya no), no condena el aborto, pues, creyendo que ayuda en algunos casos lo acepta e ignorando que el movimiento LGBTPIGTEMTQQM es un instrumento globalista es su simpatizante. Y como también en San Juan hace aire, existe un grupito que, menospreciando que muestra ser una mujer de buenos sentimientos, sensible, razonable y capaz; que salido triunfante de la adversidad y que la avalan sus resultados en beneficio de muchos pueblos indígenas, la sataniza, la difama y en contra de México, promueven el voto por Gilberto Lozano.

Este señor, hizo algo que todos debemos agradecerle, pues contribuyó a que la sociedad empezara a reaccionar. Desgraciadamente se desvió y empezó a depositar liquido amarillo fuera del lugar adecuado. Se declaraba como un miembro más del movimiento, pero era el único que declaraba. Una vez anunció una estructura directiva, integrada por distinguidos ciudadanos. El supuesto director apareció una ocasión y se esfumó. Paree que no aguantaron su prepotencia. Alguna ocasión que medio me comuniqué con él, lo percibí como al “Candidato-Presidente”. Necio, prepotente, ofensivo, inflexible, negado para la política. Anunció hasta el cansancio que no quería ningún puesto. Pero, como Quijote trasnochado y émulo de “YSQ”, despotricando calumnias contra Xóchitl, ahora quiere voten por él, en la casilla donde antes, se votaba por Cantinflas.

Si el candidato, respaldado por MC, no tiene la menor posibilidad, este cuate, menos. Pero los pocos votos que ambos obtengan, favorecen a la dictadura, pues en un momento dado podrían significar la derrota de México. Un verdadero católico, no se presta a que la dictadura perversa pueda beneficiarse, al votar por alguien que no tiene posibilidad alguna de triunfo. Objetivamente, los hechos indican que, de menos Xóchitl es una esperanza de bien, mientras que la otra es garantía de males. En esta batalla entre el bien y el mal, ese extremismo favorece al demonio. Ojalá reaccionen. Necesitamos votar masivamente por el bien y que los creyentes oremos fervientemente para que México triunfe este 2 de junio.

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