“Están moralmente derrotados, el Presidente Juárez decía: el triunfo de la reacción es moralmente imposible”.

Esta es, quizá, una de las frases más polémicas en la mañanera 187 o en el informe 1.3 del Presidente López Obrador (el back que adornaba el evento dejó claro que es más importante el poder político que la ley), la frase encierra una confrontación que va más allá de la referencia histórica de la Guerra de Reforma .

¿Quiénes son los moralmente derrotados?, al final, como todo populista, el presidente parece dividir a los buenos demócratas, todos aquellos que lo apoyen ciegamente, contra los malos demócratas o, peor aún, los que, dice, no representan al pueblo… ¿entonces los adversarios no son pueblo?

“En este tiempo ha soplado buenos vientos y estamos llevando a la práctica una transformación profunda, con poca confrontación y sin violencia política”.

Supongo que llamar desquiciados y desesperados a sus adversarios es simplemente un elegante piropo de la Cuarta Transformación, esta mañana queda claro que López Obrador aún no tiene conciencia plena del peso de sus palabras.

Lo que vivimos y escuchamos no fue, pese al slogan, un mensaje al pueblo de México en su conjunto sino una repetición de frases hechas que han caído en lo trillado… Fue otra oda a su base y nada más.

López Obrador

insiste en dividir y se empecina en mostrar una realidad que solo vive en la propaganda de la Cuarta.

¿Quién sabe?, tal vez en el informe 1.4 la realidad al fin alcance al gobierno.

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