En el sistema de justicia penal, es frecuente dirigir nuestra atención hacia jueces, fiscales, policías o defensores. Sin embargo, existe un eslabón fundamental que a menudo pasa desapercibido en la discusión pública sobre el sistema de justicia: los servicios periciales. Su labor es esencial para el esclarecimiento de los hechos y la búsqueda de la verdad en los procedimientos penales.

Según datos del INEGI, al cierre de 2022, sólo 10,900 personas ejercen la función de peritos en el país, una cifra claramente insuficiente para hacer frente a la enorme carga de casos que se procesan diariamente en las fiscalías y tribunales nacionales. Estos expertos, especializados en áreas como la medicina forense, la criminalística, la balística, la genética, la cibernética y la toxicología, entre otras, se encargan de recoger, proteger, analizar y presentar información técnica y científica que de otra manera sería imposible de poner a disposición de los tribunales a la hora de definir los casos. También son responsables de establecer la autenticidad de la evidencia, determinar la causa de lesiones o muertes y la mecánica de los hechos; identificar a los delincuentes a través del análisis de ADN, establecer la relación entre armas y balas, y evaluar la presencia de sustancias tóxicas. Por lo tanto, su labor no sólo impacta en el sistema de justicia para establecer la verdad y proteger a las víctimas, sino también en la sociedad en su conjunto, por lo cual, además de su importancia en el esclarecimiento de los hechos, también contribuyen a la protección de los derechos y las libertades.

Sin embargo, a pesar de su relevancia, los servicios periciales enfrentan desafíos significativos. Uno de los problemas más comunes es la insuficiencia de personal y recursos, lo que limita su capacidad para llevar a cabo investigaciones exhaustivas y oportunas con la cobertura necesaria. Esto resulta en retrasos enormes en las investigaciones penales y la consecuente impunidad, como denuncian frecuentemente las víctimas que deben esperar meses, y a veces años, para ser atendidas pericialmente. Por lo tanto, es necesario insistir en que, para garantizar su efectividad, resulta crucial asignar los recursos necesarios, que además garanticen su independencia.

Además, en un mundo en constante progreso, los servicios periciales deben mantenerse al día con los avances tecnológicos y científicos. El crimen evoluciona constantemente, y estos expertos deben estar capacitados y equipados para enfrentar nuevas formas de delincuencia, como la ciberdelincuencia y el uso de tecnología avanzada en la comisión de delitos.

Frente a los resultados recientemente publicados por el INEGI sobre la estructura organizacional, recursos y desempeño de los servicios periciales en el país, es imperativo reconocer su importancia en una justicia penal efectiva, equitativa y plena. Ningún sistema de justicia en el mundo puede funcionar sin la contribución vital de los servicios periciales, por lo que es responsabilidad del Estado garantizar que cuenten con los medios y la autonomía necesarios para cumplir adecuadamente con su misión de contribuir eficazmente en la búsqueda de la verdad.

Abogado penalista. X:@JorgeNaderK

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