El cambio climático es una realidad que cada vez se hace más presente en nuestra vida cotidiana. En México, como en todo el mundo, se han sentido sus impactos ante la presencia de huracanes, inundaciones, incendios y sequías cada vez mayores y con mayor impacto que hacen más que evidente que nuestro país es altamente vulnerable a los impactos del cambio climático. ¿Qué estamos haciendo como país para atender esto de manera preventiva?

Los más recientes estudios publicados por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), proyectan que en México serán millones los afectados por la escasez de recursos hídricos los cuales se encuentran presionados por la creciente densidad poblacional y por los efectos del cambio climático. Tan sólo por mencionar algunos de los riesgos asociados a este problema, vale la pena resaltar los siguientes:

a) Riesgos de muertes, heridas, enfermedades, afectación de medios de sustento en zonas costeras, debido a tormentas, inundaciones y aumento del nivel del mar. b) Riesgos de enfermedades severas y afectación de viviendas en poblaciones urbanas grandes debido a inundaciones en algunas regiones. C) Riesgos sistemáticos ante eventos meteorológicos extremos, pérdida de redes de infraestructura, y de servicios críticos como electricidad, suministro de agua, y servicios de salud y emergencias. d) Mortalidad y morbidez durante periodos de extremo calor, particularmente para poblaciones urbanas vulnerables y para poblaciones urbanas o rurales que trabajan al aire libre.

No sólo eso, sino que además, e) riesgos de pérdidas de cosechas e ingresos debido al insuficiente acceso a recursos hídricos para irrigación o para tomar agua. f) Pérdidas de ecosistemas marino, biodiversidad, especialmente para comunidades pesqueras. g) Aumento del nivel de mar de un metro o más, mareas y tempestad asociadas; sequías más intensas y aumento de la variabilidad de la precipitación. h) Tensiones en los ecosistemas forestales, incendios cada vez más extremos. i) Blanqueamiento de los arrecifes de coral.

Ahora bien, de años atrás, el Gobierno de México ha adquirido importantes compromisos nacionales e internacionales en materia de cambio climático. En 2015, firmó el Acuerdo de París y de forma abierta se ha comprometido a reducir de manera no condicionada un 22% sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y un 51% sus emisiones de carbono negro al año 2030 con respecto a la línea base. Este compromiso, implica alcanzar un máximo de las emisiones nacionales al año 2026; sin embargo, no basta con sólo ponerlo en papel. Se requieren acciones concretas y medibles así como de una postura más firme por parte de nuestras autoridades gubernamentales para evitar los riesgos e implicaciones del cambio climático sobre la salud y calidad de vida de las personas.

Ante un escenario climático nada halagador y que requiere de mucha voluntad política para atenderlo en tiempo y forma, el pasado lunes 26 de agosto diversas organizaciones de la sociedad civil convocaron a las Senadoras y Senadores integrantes de la Comisión de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático a una reunión de trabajo en la cual externaron su preocupación ante la emergencia climática que vive el planeta. En dicha reunión participaron representantes de organizaciones como Greenpeace-México, El Poder del Consumidor y el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, lo que derivó en la realización de un punto de acuerdo que varios senadores y senadoras de todos los grupos parlamentarios realizaron en su sesión del pasado martes 3 de septiembre. Dicho punto de acuerdo emite una declaración de emergencia climática y exhorta al Poder Ejecutivo Federal a realizar diversas acciones en la materia.

Esta acción no solo es importante sino necesaria pues aunque el Gobierno de México ha asumido importantes retos para combatir el cambio climático, hasta ahora los compromisos asumidos por México y por el resto de los países son insuficientes para evitar el aumento de temperatura por arriba de los 1.5 grados centígrados.

Los seres vivos, los ecosistemas, y en general la biodiversidad que existe en el planeta, se encuentran bajo un grave peligro, a tal grado, que nuestra supervivencia está amenazada por los impactos negativos del cambio climático. Los riesgos climáticos acrecentarán los problemas sociales y económicos en nuestro país; es por ello que es urgente que México se adapte al cambio climático y también continúe con sus esfuerzos para reducir las emisiones de GEI en el territorio nacional.

La realidad climática que enfrentamos hoy en día hace necesario que no sólo el Poder Ejecutivo proceda a declarar la emergencia climática, sino que también los Poderes Legislativo y Judicial en todos sus niveles (federal, estatal y municipal) tomen medidas urgentes y adecuadas y emitan resoluciones efectivas en la materia. ¿Lo harán los tres poderes de la Unión y los tres niveles de gobierno?

*Director General del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C. (CEMDA)
** Abogada del CEMDA

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