El sábado por la tarde, fuimos testigos de la amplia caravana que los apasionados aficionados de los hicieron para recibir al equipo. Poco más de 500 personas se reunieron en la avenida Las Américas, con banderas gigantes, bengalas, cantando y gritando. Más o menos una hora duró la reunión; muchos de ellos, sin cubrebocas, sin guardar la distancia y sin algún protocolo de sanidad.

Y todo ante los ojos de la autoridad. Sí, la policía de Guadalupe, Nuevo León , sólo observó, fue parte de la fiesta, porque no hizo maldita la cosa para evitarlo. Platiqué con varios policías y me decían que sí podrían aplicarles multas, pero no lo harían; de hecho, es una ciudad en la que —si a alguien se le ocurre hacer una fiesta privada y son descubiertos con que tuvieron a más de 10 personas— los multan por medio de su boleta predial. En este caso, no se atrevió la autoridad a hacer nada, absolutamente nada.

Así pasaron los minutos y la gente no se iba, se preparaba para la gran llegada de los Rayados del Monterrey . Por fin apareció el camión del equipo y las luces de las bengalas se encendieron, los cánticos fueron más intensos. Transitó por ahí el autobús con los jugadores, fueron unos 300 metros, no más, y dio la vuelta a la derecha rumbo al estadio, se estacionó y bajaron los futbolistas.

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Todo el peligro de contagio quedó en eso, bajo la mirada de las autoridades, tal como sucede en cualquier mercado sobre ruedas de cualquier ciudad del país, donde nadie respeta a nadie y se transita como si no existiera pandemia.

Lo que nadie podía imaginar es que adentro del estadio estaba peor el posible contagio de Covid-19. Se anunció que John Stefan Medina, Avilés Hurtado y Nicolás Sánchez no podían jugar por estar contagiados, pero nadie se percató que esa noche, en el Gigante de Acero, jugaron con el virus —algo extremadamente peligroso para todos los ahí presentes— seis futbolistas de los Rayados del Monterrey , quienes participaron en el partido y ahora están con síntomas de la enfermedad, a la espera de los resultados de las pruebas PCR.

¿Y el América? Inquietante que salgan al campo de juego con la idea de que nada pasa, que el equipo rival fue lo suficientemente responsable, porque no fue así. Alguien falló en los protocolos sanitarios, alguien engañó. La Liga MX está siendo muy laxa en este sentido y confía demasiado en lo que le informan sus equipos, pero aquí se prueba que no trabajan correctamente. Han puesto en riesgo a muchos, por irresponsables.

A los casos informados con oportunidad por el equipo se sumarían César Montes, Jesús Gallardo, Maximiliano Meza, Matías Kranevitter, Ake Loba y Rogelio Funes Mori ; todos ellos con participación en el campo de los Rayados el sábado por la noche.

Estos casos, además, se presentan en el periodo de tiempo que corresponde a las fiestas de Año Nuevo ; es decir, entre 15 y 16 días después de posibles reuniones por la última fiesta de 2020.

Algo debe hacer la Liga de forma inmediata, porque esto es inconcebible; no que haya contagios, eso es parte de una pandemia, pero que haya jugadores con el virus y sean parte de un juego, es imperdonable.

@gvlo2008

gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx

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