Más allá de que nadie es indispensable en la vida, es uno de los máximos símbolos (si no es que el máximo) en la historia del Barcelona, como para que su relación termine de la manera en que hoy parece llegar a su fin: con una total división entre el argentino y Josep María Bartomeu, el presidente de un club al que la salida de su estandarte mataría, y ni qué decir de sus aficionados, quienes no perdonarían nunca esta situación.

Pero de no seguir Messi con el Barça, Bartomeu no solamente mataría al equipo, sino a la Liga de España en general, ya que se terminaría una era muy importante en este futbol, que perdería, sin duda, el impacto que ha ganado en los últimos años, en buena parte, por la simple presencia del número 10 de los catalanes en sus canchas.

En los 16 años que tiene Messi desde su debut con el primer equipo del Barcelona, ha jugado 731 partidos, con 635 goles y 260 asistencias; además, ha sido importante para la obtención de 34 títulos entre Champions (4), Ligas (10), Mundiales de Clubes (3), entre otros. Bartomeu llegó al cargo en 2014, tras los escándalos de Sandro Rosell y aunque en su gestión han ganado una Champions, cuatro Ligas, cuatro Copas, entre otros, no se puede ocultar que este equipo se ha perdido entre los cambios de técnicos, una mala gestión para controlar a sus figuras y fichajes que no han servido para maldita la cosa.

El peor ejemplo de esto fue en la temporada 2017-2018, cuando después de vender a Neymar (225 millones de dólares al PSG), contrataron a Coutinho (150 mdd) y Ousmane Dembélé (140 mdd) sin que fueran explotados conforme al gasto que se hizo. Para esa misma temporada, contrató al defensor Yerry Mina, por ejemplo, del que nadie se acuerda.

Un año después vino la llegada de Arthur que más problemas que otra cosa les trajo, Clément Lenglet, Arturo Vidal y hasta un Jeison Murillo. Antes había traído a Samuel Umtiti, Paco Alcácer, etc. De lo mejor en sus contrataciones, Luis Suárez, Ivan Rakitic, Mark André ter Stegen y en el último año, Frenkie de Jong, pero el caso de Antoine Griezmann es otro de los fracasos de este hombre que ahora se ha peleado con su máximo estandarte.

Y sí, Messi ha sido un grillo dentro del vestuario del Barcelona, pero hasta eso debe saber controlar un presidente, lo que no ha hecho este señor. Por eso es que debería irse Bartomeu y que recuperen el proyecto alrededor de Messi; se lo merece, y ya que si van a fracasar que sea con su figura en el equipo.

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