Miguel Herrera

ha vuelto a ser ese personaje que le ha costado tanto en los últimos años. No existe alguien que pueda dudar de su capacidad como entrenador; sin embargo, declaraciones y actitudes como las que tuvo después de fracasar en , tras ser goleado por el Seattle Sounders de la MLS, lo vuelven a poner en la mira para ser blanco de duras críticas, la mayoría justificadas, ante la pobreza que han mostrado los Tigres que ahora dirige.

Porque un día antes salió en la conferencia previa con el discurso de que “ la MLS ha crecido bastante . Se han acortado las distancias, con orden táctico cualquier equipo le puede pelear a otro. Las dos Ligas tratamos de disputar los torneos de la mejor manera; reitero, nosotros siempre vamos a ganarlo, a buscar eso, tenemos un plantel muy vasto para pelearlo”.

Estas declaraciones no estaban para nada fuera de proporción, fuera de la realidad. Pero todo cambió la noche siguiente, tras ser goleado 3-0 por el Seattle y ser eliminado de este torneo: “Ojalá que estos torneos mejoren, jugamos con todo en contra, a solo un juego, con un árbitro que no quiere que ganen los mexicanos, porque este panameño siempre trae algo contra nosotros. Espero ver a estos equipos de la MLS jugando en campos mexicanos ”.

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Y hasta habló de los balones, como si estuvieran inflados a diferente presión o con un gas extraño, por lo que curiosamente, sólo cuando los rivales lo patearan fueran con dirección a portería... Volvió a ser ese Miguel Herrera que acepta sus culpas a medias y que reparte responsabilidades, a veces, de manera ridícula.

Lo cierto es que el inicio de Miguel con los Tigres ha sido más cercano al desastre futbolístico que a otra cosa. En cuatro partidos, tres de Liga y el de la Leagues Cup, suma dos derrotas, un empate y una victoria (ante Tijuana en la Jornada 1). No ha tenido a André-Pierre Gignac y el multipublicitado refuerzo campeón del mundo, Florian Thauvin, fue expulsado en su debut en la Liga ante Santos y en Seattle , como si no hubiera jugado.

Miguel

tiene en las manos un buen equipo, pero necesita convencerlos, sobre todo cuando sus líderes estaban tan acostumbrados a estar bajo el cuidado de Ricardo Ferretti. Si no logra hacer eso, tendrá muchos problemas en su estancia, la cual no terminará pronto, a pesar de estos resultados iniciales. Si quiere trascender, debe ganarse de inmediato a Gignac y que esto se refleje en la cancha. De no conseguirlo, el siguiente paso tendría que ser limpiar del equipo todo lo que huela a Tuca, aunque eso ya sería una medida extrema.

Si quiere volver a ser un técnico importante, Miguel debe entender de una buena vez que ya no puede tener estas actitudes, porque además solamente dará de comer a sus detractores, y vaya que tiene muchos, entre los que son por convicción y los que lo hacen por comisión.

@gvlo2008

gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx

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