tan benévolo, que fomenta —incluso— la falta de ambición, hace que los equipos se conviertan, en su mayoría, en conformistas. Una especie de coyotismo futbolístico que cada vez es más frecuente en la Liga MX.

León , pese a ser campeón del torneo anterior, es la muestra más palpable. Olvidaron jugar dos tercios del campeonato, conociendo que —si meten el acelerador a fondo en los últimos seis partidos de la fase regular— llegarán a la clasificación. Para qué desgastarse si no hay necesidad, mucho menos con el amplio conocimiento de la aplicación del sistema Ambriz, que —al llevarlo a la práctica a cuentagotas en las 17 jornadas— será suficiente para llegar a intentar revalidar el título. Clasificarán, pese al gris arranque, y serán los grandes favoritos, junto con Cruz Azul.

En el otro lado de la moneda están Chivas y Pumas; vaya, hasta Tigres . El equipo de Víctor Manuel Vucetich ha sido un desastre: siete empates y dos victorias en 12 partidos (tiene pendiente uno contra Rayados) y aun así podría tapar la mediocre, oscura y patética temporada que han jugado. Un torneo en el que la clasificación a la fase final es tan barata, hace que los proyectos fracasados se escuden en su pase a la fase final, aunque sea una simple ilusión.

ENTÉRATE:

En Chivas, necesitan dejar de engañar a Amaury Vergara y que el dueño —de una buena vez— entienda que sus mandos medios han fracasado en el intento y que no por presumir ante los medios de comunicación se ganarán campeonatos, de los que hoy se encuentran tan lejanos como en épocas pasadas, con administraciones que sólo han ido y venido, gastando y gastando. No hay equipo “grande”, en el mundo del futbol, al que se le toleraría estar —después de 12 partidos— en el lugar 15 de 18 y que sus directivos salgan a la defensiva ante la prensa, sin ofrecer soluciones.

En Pumas, las condiciones son distintas , pero también se amparan en una clasificación salvadora, que taparía toda la absurda administración del equipo. Una dirección deportiva que se ha empeñado en destrozarlo, avalada por la inexperiencia en la presidencia. Siempre será bienvenido, ante la opinión pública, el maravilloso lugar común de “vendemos jugadores porque no hay dinero”, como si nadie más les pagara. ¿O qué harán con el dinero de los patrocinadores? Con esos millones que les adelantaron por derechos de televisión y que simplemente, según sus declaraciones, no fueron suficientes para mantener a futbolistas estelares. Claro, la clasificación pasada tapó su terrible administración, pero —en este torneo— la realidad los alcanzó y simplemente han dado vergüenza.

Es el certamen del conformismo para Tigres , también. Con un plantel rico en jugadores y millonario en salarios, han descompuesto su manera de jugar y se han convertido en la monotonía al servicio de la Liga. Tuca Ferretti sigue sin refrescarse, sin nuevas emociones y sin renovar esperanzas; es siempre lo mismo, lo mismo. Aun así, irán a la fase final, y ahí es donde suelen potenciar su nivel, otro extraordinario ejemplo del coyotismo futbolístico.

Por eso, es de aplaudir lo de Cruz Azul y América , los únicos equipos con exigencias en el país, donde aficionados, medios de comunicación y directivos nunca están conformes, siempre les exigen más. Esa sí es grandeza y no la de los sobreprotegidos Pumas, Chivas y Tigres.

@gvlo2008

gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx

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