La historia se compone de decisiones que cambian el rumbo de las sociedades. El pasado 29 de agosto, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación resolvió que la Cámara de diputaciones estaría integrada por 250 diputadas y 250 diputados. Así, el derecho al voto pasivo de las mujeres se concretó de forma efectiva y real en el órgano que mayormente las representa, les da voz y visibiliza sus necesidades.

¿Cuántas generaciones más eran necesarias para que las mujeres ejercieran, verdaderamente, sus derechos políticos?

El Tribunal Electoral, como órgano jurisdiccional constitucional, debía cumplir con el mandato de paridad total, un principio que en los últimos diez años ha evolucionado desde el caso “antijuanitas”, y romper con la deuda histórica.

Después de la designación del Instituto Nacional Electoral sobre las diputaciones por principio de representación proporcional resultara en la conformación de una Cámara de diputaciones integrada con 252 hombres y 249 mujeres, la petición sustancial que llegó a la Sala Superior era conseguir la paridad absoluta. Sin embargo, minutos antes de resolver esta decisión histórica, el Pleno acababa de votar la modificación de la cuarta circunscripción de un partido político de un hombre por una mujer, quedando la Cámara integrada por 251 hombres y 249 mujeres. Esto, evidentemente, no era paritario.

Lo que sí era paritario era que la Cámara estuviese integrada por 250 mujeres y 250 hombres. Ante este escenario, la Sala Superior debía modificar un solo lugar en una lista de un partido político. El Pleno tomó la decisión de adoptar una medida que ponderara y optimizara los principios constitucionales de paridad, reelección, derecho al voto pasivo y, sobre todo, el principio de mínima intervención en la vida de los partidos.

La metodología que fue propuesta atendió al partido político en el que las mujeres estaban menos representadas, a diferencia de otras fuerzas políticas. Ese partido contaba con un mayor porcentaje de hombres: 58.14 %. Esto, en números, se traducía en 25 hombres y 18 mujeres por ambos principios. Con ese panorama, el ajuste se haría respecto de ese partido en la tercera circunscripción, atendiendo a la asignación de RP, por lo que se le ordenó al INE hacer ese cambio.

Dicho ajuste transformó el rumbo de México y abrió un camino más para las mexicanas, pues después de siglos de enfrentarse a sistemas patriarcales y discriminatorios, hoy 250 mujeres subirán a la tribuna de la Cámara de representantes federal en beneficio de todo el país.

Magistrado de Sala Superior en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

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