En apenas ocho meses desde que se registró el primer caso en México , sumamos ya las primeras cien mil personas fallecidas durante la pandemia del coronavirus .

Detrás de esa estadística fría hay familiares, amigas, amigos nuestros que perdieron la vida como consecuencia de ser infectados por el enemigo invisible. Con cifras oficiales, nos faltan cien mil, aunque los científicos creen que son más de 200 mil. No pasará mucho tiempo para saberlo.

En apenas ocho meses los mexicanos pasamos de la negación al coraje, del miedo a la depresión, de la angustia a la aceptación de que vivimos en una nueva y difícil realidad. Todos vamos en un mismo barco y mientras dure la pandemia, que sin duda se extenderá a una buena parte del 2021, todas y todos deberíamos remar hacia un mismo rumbo.

El filósofo francés Michel Foucault acuñó el concepto de biopolítica que es la manera en la que a partir del siglo XVIII se buscó atender los fenómenos sociales como la salud, la higiene, la natalidad, la longevidad o la raza. El biopoder para Foucault es el poder de hacer vivir o dejar morir a las personas.

Hoy el debate en el mundo es sobre biopolítica, por la forma como los gobiernos han afrontado el reto de la pandemia y resulta evidente que muchos países lo han hecho bien, evitando la muerte de miles de personas, que es el hacer vivir. Pero hay otros países que lo han hecho muy mal, provocando, como en el caso de México, miles de muertes que pudieron evitarse, que es el dejar morir. Muy pronto tendremos este debate en México.

El consejero en materia de coronavirus, el subsecretario Hugo López Gatell, le impuso al presidente atacar el problema mediante la llamada “inmunidad de rebaño”, que consiste en que la mayoría de la gente se infecte, trate de salvarse y entonces con eso ayude a que con el tiempo disminuya la propagación del virus, solo que este modelo va a provocar todavía mucha muerte a su paso.

En su momento el presidente de la República tendrá que hacer su propia valoración sobre la ruta tomada. Tendrá que rendir cuentas si fue o no correcto anular las funciones del Consejo de Salubridad General, que se supone es la máxima autoridad en la materia. Si dejar a las micro y medianas empresas a su suerte por la falta de estímulos fiscales y apoyos directos fue la respuesta adecuada ante el desplome de la economía. Si le parece que fue correcto dar el mal ejemplo social por no usar cubrebocas o si fue acertado no realizar pruebas masivas para detectar y cortar las cadenas de contagio.

De esta pandemia ha brotado lo mejor de las personas, como el uso responsable del cubrebocas, la sana distancia, la higiene como práctica cotidiana, el cuidado de sí y de los otros y al mismo tiempo hemos visto la irresponsabilidad de personas que se niegan al uso del cubrebocas, vaya, hasta el mismo presidente de la República ha desaconsejado su uso supuestamente por ser inútil.

Mientras dure la pandemia, sigamos dando resistencia a la muerte, vivamos a plenitud cada día, después de esta catástrofe tratemos de ser una mejor sociedad, una más solidaria y humanitaria, una que no se divida por prejuicios ideológicos.

El gran reclamo de esta generación hacia el actual gobierno será por qué dividió al país entre buenos y malos en momentos en que más se necesitaba unidad, solidaridad y fraternidad para superar juntos la pandemia. Muy pronto vendrá este reclamo.

Mientras tanto rindamos homenaje a las y los cien mil mexicanos que ya no están entre nosotros. A la memoria de Miguel, Jorge, Francisco, Toñita, Yolanda, Felipe que ya se fueron, por increíble que parezca porque apenas hace unas semanas cuidaban su vida como cualquiera de nosotros. Nos hacen falta y nos seguirán haciendo falta cien mil, más los que se acumulen.

Secretario de Comunicación del Partido Acción Nacional.
@Felipe0465

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