“A Kike, mi Maestro en Política y Gestión Pública”

Estimadas y estimados lectores, ruego me permitan dedicar mis palabras con amor a mi hijo, Matemático de la UNAM, Enrique Alberto Mendoza Ruiz, gran capacitador y político. Hombre de bien y de familia, honrado y humano. Es mi más grande orgullo.

Le expreso mi mayor reconocimiento por su ciclo concluido al frente del Instituto Reyes Heroles en el estado de Veracruz, cargo que yo ocupé hace 20 años, superándome por mucho con hechos. Hoy le resta poner en práctica lo aprendido porque le esperan mejores rumbos.

Desde hace 25 años he tenido el privilegio y oportunidad de capacitar exitosamente a mujeres y hombres que aspiran a ocupar un cargo de elección popular, guiándolos en las estrategias básicas para su posicionamiento en el menor tiempo posible y con el mínimo recurso aplicable.

Deben conocer las características del lugar que desean representar, así como 5 ejes del conocimiento que les permitirán analizar, comprender y aplicar cada estrategia: 1. Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen. 2. Comunicación política. 3. Estrategia electoral. 4. Ciencias políticas y administración pública, 5. Psicología del poder.

Asimismo identificar el contexto social, político, económico y administrativo que prevalece junto con la historia.

Una candidatura representa el compromiso de comunicar ideas y propuestas para solucionar necesidades y demandas sociales. Escuchar con atención antes de hablar, durante su recorrido territorial.

Decidir ser o no ser candidateable obliga a conocer la percepción sobre su imagen pública y privada entre la población. Así como no engañarse a si mismos, creyendo en “el canto de las sirenas”, provocado por una ambición desmedida de personas que se acercan para sacar provecho económico o político.

Hay que estar conscientes de que la democracia en México se transformó por la participación ciudadana, impulsando cambios en la forma para obtener triunfos electorales.

Durante mucho tiempo el dinero se convirtió en la parte medular del proceso electoral. Con la compra de votos, conciencias y lealtades se lograba cambiar el rumbo de una elección.
Con la inmensa ola de Morena en las elecciones de 2018, los representantes populares no eran conocidos y mucho menos tenían recursos económicos para sostener una campaña electoral, sin embargo obtuvieron un triunfo arrollador por la imagen y presencia de Andrés Manuel López Obrador.

Ahora el ganar una candidatura, la exigencia es estar mejor preparados, conocer las necesidades de la sociedad, identificar las fortalezas y debilidades del partido y de uno mismo para tomar las mejores decisiones.

Es dar la palabra y comprometerse para impulsar una transformación social por el bien de la comunidad.

Ya inició el proceso electoral 2021 y los partidos políticos comienzan a definir los perfiles de sus futuras candidatas y candidatos, comienza la auscultación y con ello los acercamientos para la negociación y en algunos partidos en especial, hasta la venta de las candidaturas.

Todas y todos los aspirantes a candidaturas están obligados a prepararse, a conocer y saber el nuevo contexto histórico que estamos viviendo.

No pueden improvisar, no deben improvisar. El hecho de que la Constitución Política de nuestro país solo pide como requisito saber leer y escribir, no debe ser el pretexto para que los partidos postulen personas que no tienen la mínima preparación.

Por el contrario deben enfocarse a buscar los mejores posicionados, conocidos y reconocidos en todos los aspectos y sobre todo con la capacidad suficiente para emprender el cargo al que aspira con absoluta integridad y ética, con conocimiento, eficiencia y eficacia.

Cuando encuentran a las mejores propuestas, su deber es capacitarles con mucho empeño y de forma permanente, para evitar que se equivoquen. Es decir, capacitar para ganar.
Si bien no se pide que tengan doctorados o maestrías, mínimo deben poseer una preparación suficiente que les permita ampliar su visión sobre el contexto que enfrentarán.

La capacitación es la mejor inversión, por desgracia representa una área estratégica que es poco valorada en los institutos políticos de México. Muchos dirigentes utilizan el dinero de las actividades educativas que se deben justificar, en otros fines ajenos a la capacitación. En otras palabras, se clavan la lana.

Todo partido político crecerá en proporción de la inversión que realice en la capacitación, preparando a su base militante, así como a sus cuadros dirigentes. Dotándoles de herramientas teóricas y prácticas para la mejor toma de decisiones.

Al final todas y todos tienen que comprender que así como el tiempo transcurre, los cargos no son eternos y la forma en que se comportan con las personas será recordada siempre.

Estamos cansados de la corrupción y sobre todo del abuso del poder. Es necesario expulsar por completo a quienes hacen de la política su negocio personal, enriqueciéndose indiscriminadamente.

Ya lo sentenció Benito Juárez, el Benemérito de las Américas: “No se puede gobernar a base de impulsos de una voluntad caprichosa, sino con sujeción a las leyes. No se pueden improvisar fortunas, ni entregarse al ocio y a la disipación, sino consagrarse asiduamente al trabajo, disponiéndose a vivir, en la honrada medianía que proporciona la retribución que la ley les señala”.

Tener un cargo de elección popular es un gran honor, el cual debe honrarse con la congruencia de su pensamiento, emoción, palabra y acción.

Ser política o político no significa que tengan que hacer de la perversidad su forma de conducta cotidiana. Como si le hubieran aprendido al Cardenal Mazarino en su “Brevario de los Políticos” donde muestra la forma más vil en la que puede comportarse una persona de la política para aprovecharse de las debilidades de sus amigos y enemigos.

Esa es la gran diferencia entre quienes se han llegado a considerar políticos “profesionales” y los que apenas comienzan como ciudadanas y ciudadanos qué saben que al terminar su cargo continuarán su labor social y profesional como siempre lo han realizado.

Confundiendo la profesionalización como la habilidad para robar y jamás ser enjuiciados.

México reclama servidores públicos y representantes populares que tengan las características de un elefante:

Una nariz larga para percibir todo aquello que huela a corrupción o peligro; una memoria que le recuerde los compromisos que hace en campaña o los que tiene con su familia; tener un par de colmillos enormes para no dejarse engañar por aquellos que siempre llegan para abusar con un interés oculto; una boca chiquitita para no decir lo que no debe o prometer lo que no va a poder cumplir; una piel gruesa para soportar las traiciones de los amigos o las difamaciones de los enemigos; unas orejas grandes pero muy grandes para escuchar bien al pueblo al que se debe servir; unas patas enormes, tan grandes y pesadas que permanezcan muy pegadas al suelo y que no permitan que se eleven pero ni tantito, porque hay personas que llegan a tener hueso chiquitito y ya se sienten superpoderosos; que tengan las pezuñas pequeñitas, pequeñitas, para no agarrar lo que no es suyo y sobre todo tener una cola chiquitita, chiquitita para que cuando vaya a pedir el voto no se la quieran pisar por tenerla tan larga con tanta corrupción y mentira.

Así deben ser las políticas y los políticos de hoy, con profundo amor a la nación, con un verdadero sentido de respeto a la integridad de sí mismos así como de la sociedad.

Le invito cordialmente a reflexionar algo en especial: Quienes siempre estarán a su lado son su familia. Está demostrado qué quienes ganan una elección inmediatamente son rodeados por muchas personas que le aman y le prometen amor eterno. Pero si llega a perder, todos brillarán por su ausencia y los únicos que se quedarán a su lado son su familia.

Cuando se llega al poder muchas personas lo primero que hacen es olvidar a su familia y cuando se les acaba el poder, solo quedan ellos, la familia.

Y otra cosa que hay que observar, durante más dinero o dádivas materiales den los candidatos o candidatas, sin duda alguna, más van a robar. El que gana con lo que se debe, gobierna con lo que se tiene y termina con lo que debe.

orador@mendozafilidor.com

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