“¡El cambio climático ya comenzó, y la guerra por el agua también!” ¿Qué esperamos?

El creciente problema del cambio climático y el agua contaminada son realmente preocupantes. Se crea o no, lo aceptemos o no, ya se están resintiendo las graves consecuencias del irracional uso y abuso de los recursos naturales. Claro está que nuestra generación, incluso la de nuestros hijos, no resentirán tanto las terribles afectaciones que significará, dentro de pocos años, la falta de aire puro para respirar y el agua limpia para beber y uso diario. Pero a partir de la tercera generación, es decir, nuestros nietos, y las subsecuentes, si conocerán y vivirán, desafortunadamente, enfrentando la inevitable contaminación y/o la falta de muchos otros recursos naturales; ya no solo de aire puro y agua limpia. No es exageración, es la cruel y triste realidad.

¿Acaso, una epidemia más, que de hecho ya comenzó?

Por lo pronto, según datos la Organización mundial de la Salud (OMS) la contaminación del aire provoca más de siete millones de muertes al año y causa 26 por ciento de los fallecimientos por cardiopatía isquémica, 29 por ciento por cáncer de pulmón y 43 por ciento por enfermedad pulmonar obstructiva crónica. -EL UNIVERSAL-5-12-18.

Amable lector: Con el propósito de encontrar la solución a este grave problema del agua contaminada en casi todo el país, EL UNIVERSAL está considerando la posibilidad invitar a todos aquellos académicos, investigadores, médicos, químicos, biólogos, ambientalistas y científicos especialistas en materia del agua, a un primer congreso nacional para analizar, a profundidad, este asunto del vital líquido que hoy nos ocupa y preocupa. Dada la importancia del asunto, que como ya hemos señalado, ya es de interés nacional, es urgente, primero, que nada, conocer, a detalle, la situación real que prevalece en cada uno de los municipios y sus comunidades sobre el agua que están consumiendo. No se trata, como tantas veces hemos señalado, de un asunto político o partidista, o de otra índole, sino solamente de enfrentar de lleno esta realidad que ya está causando estragos en la salud de la población.

Esta es la ocasión, el momento propicio para iniciar una serie de eventos con el propósito de llamar la atención de todo el país sobre este problema del agua contaminada. Urge la participación, la atención y la firme decisión de todos para tomar las medidas pertinentes para cuidar del vital líquido que ya está amenazado por la imparable contaminación en todas sus fuentes. Urge reconocer, y aceptar, que, ante este preocupante panorama, de alguna manera ya estamos perdiendo la batalla antes de ir a la guerra. Sin embargo, mucho podemos hacer todavía si para el caso conjuntamos esfuerzos y tomamos decisiones para actuar cuanto antes. Estamos a tiempo, pero el tiempo corre…

Agregado. - Tiempo en que tardan en degradarse algunos productos de consumo y uso diario. Cáscara de plátano, de dos a diez días. Papel periódico, de dos a cuatro semanas. Algodón de uno a cinco meses. Bolsa de papel, de dos a cinco meses. Cáscara de naranja hasta seis meses. Colillas de cigarros, de uno a doce años. Envase de leche y similares hasta cinco años. Zapatos de cuero y productos del mismo material entre 25 y 40 años. Ropa sintética 30 a 40 años. Toallas sanitarias y pañales desechables de 500 a 800 años. Bolsas de plástico de 15 a mil años dependiendo del lugar en que se encuentre. Tomado del Suplemento Especial de EL UNIVERSAL.

Aunque estos “insignificantes” datos, pueden no ser de relevancia para algunos, son, sin embargo, de gran impacto biológico-ambiental, porque tienen mucho que ver en la contaminación del medio ambiente y el agua. ¿Sabe usted, amable lector, en dónde están depositadas los cuatrillones de toneladas de materiales sintéticos que no se degradan tan fácil, y rápidamente? En el caso de las toallas sanitarias, por ejemplo, que comenzó a comercializarse poco después de la Primera Guerra Mundial y los pañales desechables hace más de 60 años, los primeros que fueron fabricados, a menos que hayan sido incinerados, seguramente, se encuentran todavía en algún lugar del planeta “esperando su turno” para ser degradados, porque “desechables”, tal como son todavía promocionados para su comercialización, no lo son. ¡Son perdurables!

Todo esto, amable lector, que comienza con una simple cáscara o colilla de cigarro, y que a través del tiempo se van convirtiendo en montañas de basura, y conforme se degradan, el escurrimiento se filtra al subsuelo contaminando los mantos freáticos y hasta los mares, es una terrible realidad que, lo reconozcamos o no, está repercutiendo en nuestra salud. Son muchos los males que aquejan ya a gran parte de la población. Es tal el impacto, que se asegura que en algunas especies marinas ya se encuentran residuos plásticos. Pero, tal parece que una información como ésta, no es de mucho impacto para algunos y no le dan importancia.

Lamentablemente, la mayor parte del país no sabe, o no conoce los efectos negativos que ya se están resintiendo en algunas entidades de país como Jalisco, Guanajuato, estado de México y otros más por la contaminación del agua. Continuará…

diegoalcalaponce@hotmail.com 

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