Por Juan L. Kaye López

El viernes 4 de agosto, se divulgó en las noticias la aparición de un socavón en la Alcaldía Gustavo A. Madero en el deportivo Gertrudis Sánchez que provocó el colapso del gimnasio, socavón causado por la fractura de un colector de drenaje.

El hundimiento diferencial de la línea 9 del Metro en la estación Pantitlán que forma parte de un tramo elevado, que aunque fue reforzada en su estructura, tienen deformaciones muy preocupantes.

El desplome de un tramo de la estructura de la línea 12 de Tláhuac aquel 3 de mayo de 2021 con un saldo de 26 personas fallecidas y 80 heridos.

Una ciudad que crea condiciones para generar situaciones de desastre

Hay quienes sostienen que la ciudad se devora a sí misma, desde hace más de 100 años, la CDMX convive con una amenaza potencialmente catastrófica que es al mismo tiempo imperceptible en el día a día. Un hundimiento que alcanza los 50 centímetros por año. Esta situación se da por varios factores:

  • Buena parte de la ciudad, edificada en una zona la custre que al secarlo convirtió su suelo en un lecho inestable de fango y arcillas.
  • La ciudad en el lapso de un siglo creció de forma desordenada y desproporcionada. Pasamos de 500 mil habitantes a los 9 millones actuales, arrasando recursos naturales (incluyendo áreas de bosque) aceptando la generación de muchos asentamientos irregulares que se han ubicado en laderas de cerros, barrancas y lechos de arroyos.
  • La enorme demanda de agua que en un 70% se obtiene de mantos acuíferas subterráneas con la perforación de pozos profundos que por la sobreexplotación a la que están sometidos, provocan la compactación del delicado subsuelo de arcillas, lo que provoca lo que se conoce como hundimientos “diferenciales” de distinto tipo según la zona, los que se traducen en graves problemas sociales, económicos y medioambientales. Grietas, socavones, inundaciones, son algunos de los problemas operativos que enfrentan el sistema Metro y el aeropuerto internacional en su Terminal 2.

El hundimiento de los grandes edificios patrimoniales

  • El Palacio de Bellas Artes

En 1907 a solo tres años de iniciada la obra y hasta 1921 ya se había hundido casi 2 mts. Para estabilizarlo fueron necesarios 950 ton de cemento con cal, los que aumentaron sensiblemente la capacidad de carga del suelo.

  • El Angel de la Independencia A 113 años de su inauguración hoy esta 3 mts más alto que cuando se inauguró en 1910. El suelo del entorno se ha hundido. Los pilotes que lo sostienen han evitado su hundimiento y colapso. Por eso vemos las escalinatas en su perímetro.
  • La Catedral Metropolitana Según el Fondo Mundial de Monumentos (WMF) forma parte de los 100 sitios patrimoniales de mayor riesgo en el mundo. A la falta de capacidad del suelo donde se ubica, agréguese la extracción de agua y el que fue edificado sobre los vestigios de la Gran Tenochtitlan. Con una peligrosa inclinación de 2.4 mts hacia el sur-poniente.  Su hundimiento se atendió mediante la perforación de pozos profundos para incar pilotes, se extrajeron varios niveles de m3 de arcilla y se inyecto cemento para hacer el subsuelo menos deformable.
  • La Basílica de Guadalupe Las dos grandes iglesias de ese majestuoso conjunto del Tepeyac, edificados a partir de 1709, fueron cediendo y se hundieron sobre las laderas del cerro del Tepeyac. La inestabilidad del suelo causó fracturas en su estructura con un hundimiento de casi 3 mts.

A partir de la inauguración en 1976 de la nueva Basílica se iniciaron los trabajos de nivelación y reconstrucción. Estuvo cerrada más de 20 años y reabrió sus puertas en el año 2000.

Expectativas de hundimiento en la CDMX

Las acciones urgentes para evitar situaciones de colapso por sismicidad y extracción irracional de agua de los mantos acuíferos que ya ha provocado en poco más de 100 años hundimientos de 10 mts en promedio y que pueden de continuar las tendencias de llegar a más del doble en los próximos 100, serán:

  • Captar el agua de lluvia para su aprovechamiento.
  • Reforestar la cuenca del valle de México para recuperar los niveles de lluvia y evitar arrastres a las laderas de material que pone en riesgo a sus habitantes.
  • Aplicar sistemas de ingeniería de punta para lograr reabastecer los mantas acuíferos.

Estos 3 hechos, aunque, pueden mitigar la problemática no podrán revertirla ni detenerla del todo.

Así, este gigante con pies de barro seguirá siendo en los años por venir un sitio de alto riesgo que habrá que ir resolviendo, manteniéndolo y atendiéndolo para evitarse colapse ante la presencia de sismos tan fuertes como los vividos en 1985 y 2017.

Presidente de la Asociación Mexicana de Urbanistas, AC

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