Los plásticos están en todas partes; en muchos casos, como parte de bienes y servicios que nos permiten cuidar nuestra salud, transportarnos, comunicarnos y facilitar nuestra vida. Sin embargo, debido a las prácticas deficientes de su manejo, cuando se convierten en residuos, también es posible encontrarlos en nuestro entorno natural, en el que interfieren con el equilibrio y la salud de los ecosistemas.
De acuerdo con el reporte del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, “From pollution to solution”, es necesario emprender distintas acciones para evitar que los residuos plásticos lleguen al entorno: la reducción, el rediseño, la reutilización, el reciclaje y otros elementos de la Economía Circular son parte de este conjunto de soluciones.
Aunque conocemos algunos de los caminos que deben seguirse, en muchos casos no es claro a quién corresponde la ejecución de las distintas estrategias. La realidad es que la mayoría de las soluciones requieren de la acción conjunta de distintos actores para volverse viables, cada uno en su ámbito de competencia.
El primer gran protagonista es el gobierno.
El segundo actor es la industria: quien juega un rol básico a partir de los productos que genera y su participación en la creación y operación de mecanismos de circularidad.
El tercer componente en la solución de la problemática derivada de la presencia de los residuos plásticos es la sociedad.
Es innegable que la definición y consecución de los objetivos generará situaciones en que los intereses y visiones de los distintos actores sean diferentes, dificultando los acuerdos necesarios para atacar un problema complejo con implicaciones ambientales, sociales y económicas.
En este contexto, la academia tendría que contribuir generando información local, válida, y analizada con el fin de dar elementos para la toma de decisiones. Hacer un esfuerzo importante en el ámbito de la divulgación, que genere una base de conocimiento a partir de la cual, los distintos actores puedan valorar las posibles soluciones.
En conclusión, la solución a la presencia de plásticos en el ambiente no es única, más bien, se compone de estrategias diferentes para los distintos productos, materiales y aplicaciones. Cada una de las medidas requiere, por lo general, de la participación concertada de las autoridades, la industria, la ciudadanía y la academia para generar un beneficio ambiental, económico y social tangible, tanto en su concepción como en su ejecución.
La ecuación no siempre es simple, y se requiere de una auténtica voluntad para alcanzar acuerdos que, si bien no sean perfectos, sí sean viables, y nos acerquen al manejo sustentable y responsable de recursos que todos queremos alcanzar.