Nuestra mayor fuerza como país se encuentra en nuestra diversidad cultural. Los cielos, las montañas y las costas mexicanas son testigos de la creatividad de sus habitantes. En todos los municipios hay cultura, no hay un solo lugar sin artistas. Y en todas las comunidades hay niñas, niños y jóvenes, que son la razón de nuestra esperanza para construir un país cada vez más justo.

La cultura es un derecho humano y el arte un camino hacia la libertad. Trabajamos para derrocar la creencia de que la cultura está destinada a unos cuantos privilegiados o algunos recintos, pues la cultura no conoce muros ni razas ni posición económica ni edad ni obstáculos. En la presente administración, el cambio más profundo ha sido reorientar el presupuesto para redistribuir nuestra riqueza cultural; los programas y la acción tienen un solo objetivo: pasar de una sistema de privilegios a un sistema de derechos.

Con el programa de Cultura Comunitaria hemos logrado articular los proyectos, direcciones e institutos que conforman a la Secretaría de Cultura. Se trata de un programa radicalmente incluyente que contribuye a la gran tarea de pacificación del país. Donde hay cultura, hay paz.

Este año cumpliremos la meta de desplegar Cultura Comunitaria en los 720 municipios más violentos y marginados de México. Esto significa la oportunidad de generar herramientas para recorrer nuestras calles, nuestros barrios y nuestros pueblos para propiciar el encuentro armónico y el diálogo, para generar confianza ahí donde reinaba el miedo, para reconocernos como sociedad a través de la cultura.

Esto es Cultura Comunitaria: una posibilidad que te acerca a lo que sueñas; celebraciones culturales que te hacen bailar y descubrir el talento que hay en tu comunidad.

Los Semilleros Creativos son una alternativa para niñas, niños y jóvenes que pintan, escriben, danzan, dibujan, cantan, crean, transforman nuestra realidad a través del arte, y sobre todo siembran la paz. En este proceso se involucran artistas locales y se coordinan los tres niveles de gobierno. Quienes pertenecen a un semillero se forman, en promedio, durante tres horas diarias por cinco días a la semana, esto genera disciplina y sentido de pertenencia.

Tú, yo, todas y todos somos generadores de cultura. Las y los docentes, talleristas, promotores y promotoras culturales trabajan día a día bajo nuestros tres principios: diversidad, inclusión y defensa de las libertades. Con amor y entrega, compartiendo conocimientos y saberes en sus comunidades, son el corazón de Cultura Comunitaria.

Al día de hoy trabajamos de manera permanente con más de 12 mil niñas, niños y jóvenes que sueñan, imaginan y crean un mejor lugar para vivir, que son más felices y que hoy, en el Auditorio Nacional, a las 18 horas, nos maravillarán con su talento artístico, fruto del trabajo colectivo.

Presentamos con orgullo: Tengo un sueño, evento en el que la música, el teatro, el circo, la fotografía, el canto, los títeres, la pintura, el grabado, el audiovisual y la palabra conviven en un espacio de gozo y generosidad para ustedes; en suma, una celebración de nuestra diversidad cultural.

Más de 750 niñas, niños y jóvenes participan en todos los procesos para que este evento sea posible. Durante la semana pasada, en el campamento de preparación, pudieron ensamblar todo el repertorio, se reconocieron, conversaron, se miraron a los ojos para creer que no es un sueño que este martes debutarán en uno de los escenarios más importantes del mundo.

En la Secretaría de Cultura nadie se queda atrás. Con cultura comunitaria, entre todos, ahí donde se desató la violencia, nos toca desatar la paz.

Secretaria de Cultura del gobierno de México

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