En un desayuno donde estuvieron presentes veteranos del Ejército y el presidente Gustavo Díaz Ordaz , un 30 de Agosto de 1968, los ex combatientes revolucionarios refrendaron su apoyo. Dijeron estar de acuerdo con las acciones que el gobierno había llevado a cabo en días anteriores contra los integrantes del movimiento estudiantil .

Con motivo del 50 aniversario de los hechos que marcaron los movimientos estudiantiles y los acontecimientos en la Plaza de las Tres Culturas el 2 de octubre de 1968, EL UNIVERSAL realiza un recuento del día a día.

En ese marco, después de la “marcha gigante” que se llevó a cabo de la glorieta de la columna de la Independencia a la Plaza de la Constitución y que al término de la cual, jóvenes que se quedaron a acampar en el Zócalo en espera de tener diálogo con las autoridades. Pero los jóvenes fueron desalojados por parte de elementos del Ejército, así como de fuerzas policíacas.

Lo anterior provocó el enojo de varios sectores de la población entre ellos de Manuel J. Celis , el entonces general de división quien a nombre de más de 2 mil veteranos presentes en el desayuno dijo que estaba en descontento con el trato que le dieron a la bandera en esa protesta, puesto que para ellos representaba un símbolo de lucha y orgullo , puesto que los manifestantes montaron una bandera rojinegra.

“Los revolucionarios reconocen como única bandera de nuestro pueblo, como un símbolo de nuestra Patria a nuestra gloriosa bandera tricolor. Sólo ella puede tremolar en el limpio cielo de México, Sólo ella y ninguna otra representa la nacionalidad y las aspiraciones que nos unen y siendo la que nos ha cobijado en nuestras luchas libertarias, nos ampara también hoy en la lucha por el progreso”. Se leía en El Gran Diario de México.

Agregó que nadie puede ni tiene derecho a obstaculizar el avance seguro y sereno del país, por ellos los revolucionarios mostraban apoyo incondicional, amplia solidaridad, franca simpatía y firme respeto a las decisiones del entonces presidente.

“Los revolucionarios, señor Presidente, estamos con usted y con nuestros compatriotas que pugnan por engrandecer a la patria, porque ésta es para todos los buenos mexicanos, lo más grande, lo más sublime, lo más noble, lo único merecedor de nuestros mejores esfuerzos (...) usted representa, por la voluntad mayoritaria del pueblo mexicano a las instituciones de la República y está cumpliendo con honor y limpieza la alta responsabilidad de dirigir a la nación mexicana. Usted representa, desde el Palacio Nacional la continuidad histórica de la Revolución, aplicando sus postulados en beneficio del pueblo, como Presidente de todos los mexicanos”, dijo Manuel Celis.

Entre los asistentes a la reunión encabezada por por el presidente Díaz Ordaz, Emilio Portes Gil, Agapio Pozo, Alfonso Martínez Domínguez, el general Raúl Mader y Luis M. Farías.

Rechazo de líderes al movimiento estudiantil

Otro sector que mostró descontento al movimiento estudiantil fue la cúpula del sindicalismo oficial que calificó la protesta en el Zócalo de “rebelión abierta en contra de nuestra patria”.

Miembros del Congreso del Trabajo y de otras organizaciones como Fidel Veláquez, dirigente de la CTM firmaron una circular que enviaron a todas las uniones y sindicatos federados, en la que subrayan que no sólo se dice que el movimiento era una “rebelión abierta”, sino que era manejado “por mexicanos traidores al país” y por enemigos extranjeros.

Destacaron que los obreros a partir de ese momento iban a mostrar su apoyo al presidente Gustavo Díaz Ordaz y estarían entusiastas el primero de septiembre en la entrega del informe, dado que fuerzas extrañas están dirigiendo el movimiento estudiantil en contra de México, pero que tenía confianza en que la juventud reaccione y se dé cuenta que estaba siendo arrastrada a ese movimiento que trataba de confundir a la población.

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