Para los vecinos de las colonias Xicalhuacán y Caltongo en la delegación Xochimilco el sismo de 7.1 grados que meció a la ciudad el pasado 19 de septiembre no es la única tragedia, derivado del movimiento telúrico las comunidades siguen sin luz , agua potable y se han reportado robos a transeúnte y en menor medida a casa habitación.

Guadalupe Lira trabaja en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, tras el terremoto quiso llegar a casa lo más rápido posible pero el transporte que la llevaría a Caltongo dejó de cobrar 5 pesos y dobló la tarifa.

“Tuve que caminar más de dos horas y cuando ya iba a llegar a casa, por la carbonera que está en la avenida Nuevo León, dos tipos me asaltaron, uno traía pistola y el otro una navaja, me quitaron dinero, celular, medicamento”.

La peor experiencia para Guadalupe dejó de ser el temblor, incluso el asalto, “lo que me dio más coraje es que por ser mujer me manosearan y me dijeran muchas majaderías en lo que revisaban que les diera todo lo que trajera de valor”.

Las calles de Caltongo están a oscuras desde el martes, en la avenida Nuevo León que es la principal hay cables y transformadores colgados y postes a punto de caerse, denunció la mujer de 31 años.

“La ayuda no está llegando hasta acá, hablan de San Gregorio y claro que hubo más daños, pero aquí hay grietas en el piso, vivimos cerca del canal y no hay transporte. Las tiendas ya están vacías nos preocupa el desabasto porque aunque lleguen brigadistas, nos dan una botella de agua y una naranja, se agradece en verdad, pero aquí todavía faltan manos y víveres”.

Luis Martínez vive en Xicalhuacán, en vano ha reportado casi 20 veces a la CFE que en su colonia no hay luz.

“Aquí solo han venido universitarios a apoyarnos, ellos con ayuda de los lugareños han revisado las casas, porque Protección Civil ni sus luces. Estamos desesperados porque la gente tiene que trabajar y hay que caminar más de media hora para llegar a una avenida que nos conecte con Villa Coapa”.

A Luis le dieron permiso de faltar en su trabajo, “pero a los demás vecinos no, salen por la mañana y llegan hasta la noche, a esas horas está oscuro y no faltan los abusivos que se dedican a asaltar”.

El joven reporta que gente que tiene automóvil o camionetas se organizan para trasladar a personas a otras colonias o acercarlos a su centro de trabajo. “La gente es muy solidaria y se agradece, el enojo es con las autoridades porque hasta acá no llegan, no es posible que no hayan reparado la energía eléctrica”.

En la zona hay construcciones con bardas caídas, situación que ha facilitado el robo a casa habitación, “hay personas muy buenas que ayudan sin pedir nada a cambio, pero hay otras que solo se aprovechan de la desgracia y la hacen mayor”.

Luis también denunció que en la secundaria número 250 ubicada en San Lucas se registraron desplomes de edificios, así como del Mercado y la Iglesia de San Gregorio.

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