Después del 19 de septiembre de 2017, a Hugo Hernández Vargas , bombero de la UNAM , le costó tres meses recuperar el sueño.

Por las noches, el bombero, de 31 años de edad, se revolvía en la cama entre el insomnio y las pesadillas de que volviera a temblar y también por el dolor de haber vivido las horas que siguieron al colapso del Colegio Rébsamen, en Tlalpan, donde ayudó a rescatar los cuerpos de por lo menos cinco personas.

"Lo que más me impactó fue el hecho de que fueran niños, son niños inocentes. A veces uno como adulto hace cosas que no están bien, daño a personas que nos quieren pero ¿un niño? es lo que más nos dolió. Me dolió mucho. Tenemos que seguir los que nos quedamos y seguir trabajando", contó en el segundo aniversario de la tragedia en la que fallecieron 29 personas sepultadas bajo los escombros del edificio.

Hugo es integrante del Cuerpo de Bomberos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y participó en el macrosimulacro que se realizó este jueves en la Torre de Rectoría .

Sin dudarlo, considera que la experiencia más difícil que ha vivido como bombero en 10 años de servicio fue la de presentarse en el Colegio Rébsamen para "intentar rescatar a tanta gente como fuera posible". Después de 72 horas sin dormir, ni él ni el equipo con el que trabajaba lograron rescatar a nadie con vida.

"Me presenté al trabajo para intentar ayudar y llegué al Rébsamen a las 16:00 horas, trabajamos 72 horas seguidas. Nos tocó estar ahí. En 10 años de bombero he vivido varias experiencias pero nunca algo así. Más que nada porque eran niños y cuando llegué, más tarde, ya no había ninguna persona con vida, fue muy duro verlos ahí. Después del Rebsamen me costó trabajo volver a dormir", contó.

Refirió que ese 19 de septiembre acababa de llegar a su casa y se preparaba para descansar después de una guardia, cuando su sobrino le alertó que estaba temblando ya que no escuchó la alerta sísmica .

Habitante de la alcaldía Xochimilco, salió en su motocicleta para ver qué ocurría. En el camino se topó con decenas de personas que cargaban herramienta y garrafones de agua; iban hacia el Rébsamen.

Después de ayudar a trasladarse a varias personas que se encontró en el camino, se reportó ante el cuerpo de Bomberos de la UNAM y de ahí fue comisionado a labores de rescate en el Colegio.

A partir de la emergencia que se vivió en los días que siguieron al temblor, quienes participaron activamente en las labores de rescate y apoyo, consideró, tomaron mayor conciencia de la importancia de, “cuidarnos a nosotros y entre todos".

"El Rebsamen se dividió en equipos de trabajo: el Ejército , Marina , Protección Civil , Topos (…) donde estuve sacamos a cinco personas que ya no estaban con vida, tres eran niños. Fue muy difícil”, contó.

Dos años después de los sismos de 2017, integrantes de la comunidad de universitaria participaron en el macrosimulacro nacional que se llevó a cabo este jueves a las 10:00 de la mañana en conmemoración de las víctimas de los terremotos del 19 de septiembre de 1985 y 2017.

Participaron integrantes del cuerpo de Bomberos de la UNAM y de personal de Atención de Emergencias que durante la emergencia de hace dos años, también se integraron como rescatistas en las zonas de desastre, para ayudar en las labores de búsqueda y rescate.

En 190 entidades y dependencias de la UNAM participaron más de 160 mil académicos, estudiantes, trabajadores y funcionarios, con el objetivo de mejorar los tiempos de respuesta y la coordinación de los equipos de emergencia.

En este macrosimulacro se consideró un sismo hipotético de magnitud 8.6, con epicentro en las costas de Oaxaca. Este escenario fue propuesto para rememorar el temblor ocurrido el 28 de marzo de 1787, el de mayor magnitud del que se tiene conocimiento en nuestro país, y que causó un gran tsunami que afectó las costas de Guerrero y Oaxaca.

cev

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