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Teresa López Suárez no sólo coordina 14 mujeres debajo de un árbol de almendra para preparar alrededor de 200 raciones de comida diaria, también es una de las beneficiadas de las 20 cocinas comunitarias que el pintor Francisco Toledo apoyó para instaurar en Juchitán, la ciudad más lastimada por el sismo de 8.2 grados.

En la fachada de la casa de Teresa, ubicada en la calle Industria de la Séptima Sección, está colocada una cartulina de color naranja intenso con el mensaje: “Aquí no hacemos negocio. Es cocina comunitaria. GRATIS. Atte: C. Chico Toledo. Gracias”, las cocineras lo escribieron para explicar que la acción es de solidaridad y que también requieren de apoyos para mantenerse.

Francisco Toledo y la Galería Quetzalli aportaron los recursos para dotar de utensilios y de víveres a las 20 cocinas administradas por las mismas familias damnificadas en la Quinta, Séptima, Octava, y Novena Sección, pero las 15 mujeres que participan en la cocina también aportan al día una cuota para la compra de carne, pollo o pan, las que definitivamente no tienen dinero o perdieron todo, no dan un solo peso.

El apoyo consiste en abastecer cada dos días las cocinas con verduras y víveres; una caja de tomate, un costal de papas, un galón de aceite, 13 kilos de arroz, 13 kilos de frijol, un bulto de zanahoria, medio bulto de chile, una lona para resguardarse del sol, (las cocinas están instaladas en los patios o en medio de la calle), un paquete de jamaica para hacer agua, carbón, medio bulto de ejotes, y chayotes.

“Francisco Toledo nos da las verduras y hasta las cacerolas para hacer la comida, las vecinas, como 15, hacemos y nos beneficiamos de la comida, pero también ponemos dinero, a veces juntamos de 400 a 500 pesos al día entre todos los vecinos, los que no tienen no ponen, porque algunos perdieron completamente sus casas, tienen más de tres hijos y se quedaron sin trabajo, así que a ellos no les pedimos nada, los demás ponen 20 pesos, 50, lo que tengan, a nadie se le obliga, porque la situación es crítica”, explicó Teresa.

El número de beneficiados de las cocinas varían, algunos tienen 50 personas otras hasta 200, indicó Nelson Guerra, uno de los voluntarios que trabajan dentro del programa de revitalización del zapoteco en Juchitán, que también apoya Toledo, por lo que al día se le da de comer a alrededor de 3 mil personas.

“En la mañana se les da huevos con frijoles y café, al mediodía algún guiso que permita el presupuesto y los víveres, por la noche café y pan. Los vecinos, en este caso las mujeres, son las que están en la cocina, ellas muestran la cara más solidaria en esta emergencia y desgracia, el voluntariado se encarga de ir a comprar todo lo que se necesita al mercado, el maestro Toledo pone el dinero”, detalló el también escritor bilingüe.

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