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El PRD no está moribundo ni en terapia intensiva, resurgirá en las elecciones intermedias de 2021 en la figura de un nuevo partido, asegura Ángel Ávila Romero, el último presidente del instituto político.

Hoy integra junto con otros cuatros líderes una Dirección Nacional Extraordinaria (DNE) que tomó el timón en enero y que busca dar pie a “un nuevo proyecto político” con el uso del registro perredista, que cumplirá 30 años el 5 de mayo.

En entrevista con EL UNIVERSAL, tras la más reciente desbandada de legisladores, asegura que “el PRD del siglo XX terminó su ciclo” y habrá uno nuevo con ese u otro nombre, resistirá el “amloísmo” caracterizado por dividir a la oposición para que sólo mande el presidente, Andrés Manuel López Obrador.

¿Qué tan profunda es esta crisis, un bache más en su historia?, ¿hay remedio?

—El PRD ha culminado un ciclo como partido, estamos obligados a hacer una transformación  y no me tiembla la mano para decir que si el PRD tiene que transformarse a fondo, y si tiene que llamar a la conformación probablemente de un nuevo partido, tendría que hacerlo.

Hoy el PRD tiene un registro  que va a cumplir 30 años, es decir, nosotros tenemos un registro que otros quieren, así que el PRD debería hacer un nuevo llamado a estas organizaciones que buscan competir políticamente a que puedan hacer uso de la marca y del registro del PRD en un proyecto común.

Hoy López Obrador le genera nuevos retos al PRD:  tiene que ser el que defienda la democracia, la pluralidad, los contrapesos, no queremos que decida todo, que quiera controlar al Poder Legislativo y asfixiar al Poder Judicial.

Debe ser una oposición clara ideológicamente y reconstruir desde cero, desechar lo que ya no le sirva, los lastres y los señalamientos de corrupción como hemos hecho con algunos diputados.

¿Expulsados por ser obradoristas eran un lastre?

—Hay una línea política de oposición, el PRD no es partido en el gobierno, ¿por qué tendríamos que  andar acompañando todas y cada una de las decisiones de López Obrador?

El PRD va a acompañar las decisiones que crea importantes para el país, pero nos vamos a resistir a decisiones del Presidente de la República con las que quiera consolidar un poder político sin contrapesos.

¿Será el cambio resultado de las elecciones internas y el relevo de dirigencia?

—Sí, necesitamos ir a una elección interna y en ese proceso es que vamos a invitar a otras organizaciones que quieren ser partido, y que tal vez no van a lograr su registro, a conformar junto con el PRD una fuerza política.

¿Van a llamar a refundar un nuevo partido con el registro del PRD?

—Es probable, sí, un nuevo esquema político porque el proyecto del PRD como lo conocíamos ya se agotó.  Hoy tenemos que ir a un nuevo proyecto político que puede ser con las siglas, con la historia y banderas del PRD. Pero el PRD como lo conocíamos ha culminado su ciclo y debemos iniciar uno distinto, con nuevos actores políticos y debemos permitir la entrada de sangre nueva.

¿Van a usar el mismo registro para no perder el lugar en la boleta?

—Tenemos un registro histórico, lo vamos a refrendar como marca la ley y vamos a generar las nuevas condiciones para este nuevo proyecto.

¿Llamarían a regresar a los que se fueron?

—Sí, llamaríamos a la reincorporación de cuadros que creyeron en un proyecto como el de López Obrador y Morena. Hay compañeros inconformes porque les tomaron el pelo; por supuesto que hay cabida.

Como toda sangría, ¿se puede dejar moribundo al PRD, será esta dirección la que entierre al partido?

—Depende de la atención. Si la respuesta del PRD a esa sangría es la cerrazón, decir que aquí no pasa nada, sí, el paciente podría entrar a terapia intensiva. Si la respuesta del PRD es limpiemos la casa de la corrupción e invitemos a otros actores políticos a un nuevo proyecto político.

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