Desde algún lugar de la esfera del poder, a salvo del contagio de Covid-19, senadores y diputados, se enlazan en videoconferencias, en el Día del Niño, que en otra etapa hubiera sido de inicio del recreo parlamentario de cuatro meses, pero hoy las correas de transmisión de las decisiones de Estado, se tensan y chirrían, porque la minoría en el Congreso sepulta esta mañana una iniciativa presidencial.

Este es un episodio de siete días, de jueves a jueves, en la Fase 3 de la pandemia, de una iniciativa firmada por Andrés Manuel López Obrador, repudiada por la oposición que ve la búsqueda de un súper poder presidencial, a costa de facultades de la Cámara de Diputados.

Por la embestida del coronavirus el recinto de San Lázaro está cerrado y el Senado luce como mausoleo sin visitantes, mientras que a las 10:00 horas, los líderes senatoriales tienen cita a reunión virtual, convocada por el más poderoso de todos, Ricardo Monreal Ávila, el discípulo del maestro de maestros parlamentarios, José Luis Lamadrid Souza.

En su casa, el morenista ve en una pantalla a Mauricio Kuri (PAN), Miguel Ángel Osorio Chong (PRI), Dante Delgado Rannauro (MC), Manuel Velasco Coello (PVEM), Geovanna Bañuelos de la Torre (PT), Sasil de León Villard (PES) y Miguel Ángel Mancera Espinosa. Participa, la presidenta de la mesa directiva, Mónica Fernández Balboa (Morena).

En la alineación opositora figuran Kuri, Osorio, Dante y Mancera. Ellos son la columna vertebral del Bloque de Contención, que en votaciones de dos tercios, por lo menos, suman el poder de discutir tú a tú con el Goliat de Morena que tiene la canción de que representa 30 millones de votos. Pues esta mañana, con ¡un voto! de diferencia, la minoría como si fuera David, puede doblar a la mayoría si pide un extraordinario.

Kuri dice a Monreal que ellos no son Oficialía de Partes en el poder Legislativo. Pide respeto. Cada uno de sus compañeros de viaje en el Bloque de Contención pintan su raya, dicen que rechazan el objetivo de la mayoría y se guardan una carta sorpresa.

Aquello acaba. Hermético como pocas veces, Monreal abre transmisión con los reporteros del Senado. Se le ve en absoluto control de sí, de sus palabras y gestos. Nada refleja. Su grupo de senadores ha estado en silencio toda la semana, hasta que sale a la luz Germán Martínez y llama "lambisconería pura", a los que dicen sí a todo al Presidente.

El proyecto hace agua. Como llegó a San Lázaro no pasa. El presidente de la comisión dictaminadora, de Presupuesto, Erasmo González Robledo, se estrena con un predictamen con cambios que no reciben en Puntos Constitucionales para opinión, y la reunión presencial de dictamen se pospone para el martes 5 de mayo. No hay materia legislativa. Igual que el invisible coronavirus, la oposición en este episodio hace su juego inexorable. Diputados y senadores, después de la reunión con Monreal, dan a conocer sus exigencias. El zacatecano ha aceptado que el proyecto de Palacio Nacional necesita cambios, pero avisa que la mayoría pedirá a la Comisión Permanente convoque a sesión extraordinaria. Sabe que la justa la tiene perdida por un voto.

Este Bloque Opositor de senadores, que ya tiene espejo en San Lázaro, insiste en que haya un Acuerdo Nacional contra el puñado de crisis que arrastran a México. Y el discípulo de José Luis Lamadrid explica a los periodistas que la respuesta a esa propuesta públicada hace 23 días, la va a analizar su grupo.

Por lo que se espera, esto es como la historia de David y Goliat.

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