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Al anunciar que no existen condiciones para que desarrolle sus funciones como fiscal electoral, Santiago Nieto Castillo retiró su objeción de seguir al frente de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE). Argumentó que no se presta a juegos políticos ni a exhibiciones o linchamientos públicos y dejó en claro que no violó “ninguna ley”, por lo que camina con la frente en alto.

En una carta enviada al Senado de la República, el ex fiscal expuso seis puntos en los que aseguró que aunque se revoque su destitución con el voto a favor de los senadores, no existen las condiciones para realizar su trabajo, ya que ve polarización política y perdió la confianza de los partidos políticos.

“He tomado la decisión de retirar mi objeción al procedimiento planteado, por lo que no hay razón al llamado del Senado de la República; lo hago así por el fortalecimiento de las instituciones y por la calidad del proceso electoral, en las cuales confío plenamente”, enfatizó en la misiva.

Minutos después de entregar la carta al presidente del Senado, Ernesto Cordero, Santiago Nieto ofreció un mensaje a medios de comunicación para leer un documento en el que relató que a una semana de su “ilegal remoción” no existen los consensos necesarios para que pueda desarrollarse una comparecencia en el Senado de la República. En este sentido, afirmó que ve una sociedad dividida y un Senado con polarización.

“Como hombre de instituciones, no puedo ser ciego ante esta realidad. No puedo ser yo el motivo de disenso, en el contexto actual de franca crisis institucional. Sin embargo, sigo sosteniendo que mi actuación fue absolutamente imparcial. Sin filias, ni fobias.

“Es claro que no existen condiciones para que, aun obteniendo la votación de la mayoría de los senadores presentes, desarrolle las funciones para las que fui designado en razón de la polarización política que ha rodeado este procedimiento de control constitucional y la imposibilidad fáctica de regresar con la libertad de actuación anterior, dados los posicionamientos de las fuerzas políticas y la separación con la PGR”, agregó.

Con semblante serio y concentrado en la lectura de la carta, Nieto Castillo afirmó que no se presta a juegos políticos ni exhibiciones y linchamientos públicos. “No pongo mi interés particular sobre el interés de la institución. Hago un exhorto para retomar la civilidad en el debate político”.

El ex titular de la fiscalía electoral consideró que México y el proceso electoral 2018 requieren de las mejores condiciones políticas y “soy consciente de que las dudas que tienen dos partidos políticos nacionales en torno a mi persona no generan las mejores condiciones para la lucha electoral”, además, “es evidente que la confianza se encuentra fracturada”.

A siete días de su remoción, Nieto Castillo dijo que se retirará para preparar su defensa jurídica, tanto en las denuncias penales como en los procedimientos administrativos que puedan venir, “en cuanto me sea posible retomaré mis actividades como académico”.

Antes de retirarse, sin dar oportunidad a cuestionamientos de la prensa, expresó que la FEPADE tiene la obligación constitucional de investigar, perseguir y prevenir los delitos electorales, y afirmó que como titular de dicho órgano su objetivo fue cumplir con “dicho anhelo constitucional”.

Argumentó que en su ejercicio al frente de la FEPADE, se modificó la forma de perseguir delitos electorales y, en cifras, sostuvo que se determinaron 6 mil 793 averiguaciones previas, el mayor número en la historia de la fiscalía.

“En comparación con las áreas centrales de la PGR, la FEPADE es el área con mayor número de determinaciones y consignaciones”, dijo.

Relató que la remoción dictada por el subprocurador Jurídico y de Asuntos Internacionales de la PGR, Alberto Elías Beltrán, contenía, al menos, los siguientes vicios jurídicos: falta de motivación respecto a las conductas desarrolladas, violación al debido proceso en razón de que no fue escuchado para expresar argumentos para su defensa; falta de fundamentación y falta de competencia en razón de que dicho funcionario carece de competencia para remover a un fiscal, en virtud de que la naturaleza jurídica de la fiscalía cambió en 2014.

Aunado a ello, dijo, no tuvo conocimiento de las razones de su remoción de la fiscalía, “en razón de la vaguedad del propio escrito. Las versiones variaban en los medios de comunicación que citaban fuentes de la procuraduría. Una de ellas sostenía que la remoción ocurrió por mis declaraciones a un periódico. Hice las aclaraciones correspondientes”.

“No violé el Código de Ética de la PGR, no violé ninguna ley”, aseveró Santiago Nieto, quien dijo que la remoción interrumpía su mandato al frente de la FEPADE, pero los resultados le permiten caminar con la frente en alto.

“En lo personal, desde la trinchera en la que me encuentre, seguiré impulsando la idea de que es necesario combatir las malas prácticas y los delitos electorales para mejorar la calidad de la democracia y la importancia de fortalecer las instituciones”, concluyó Nieto Castillo.

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