El presidente Andrés Manuel López Obrador puede ejercer su derecho de réplica, pero debe tener cuidado, porque hay una línea muy delgada entre éste, la estigmatización y las amenazas.

Así lo señala el periodista y director de la Agencia Mexiquense de Noticias, Carlos González, en entrevista con EL UNIVERSAL, quien considera que el Presidente tiene que ser más cauteloso con los señalamientos que hace en sus conferencias matutinas, porque pareciera que criticar es sinónimo de una nota mala.

Subrayó que el ejercicio del periodismo no se puede hacer sin que este implique una crítica al gobierno o a las autoridades, porque se trata de señalar lo que se promete y no se cumple. Afirmó que es importante garantizar la libertad de expresión, porque cuando a un periodista se le agrede o se le silencia, se agrede a toda la sociedad.

Ante la situación tan difícil que vive el país por las crisis económica y de salud, causadas por el Covid-19, el periodista afirmó que el país necesita no sólo del Presidente, sino de secretarios de Estado y autoridades en general, madurez, que sean más abiertos a la crítica y respetuosos de la libertad de expresión.

¿Qué tan importante es la libertad de expresión?

—Creo firmemente que cuando a un comunicador, a un periodista se le agrede o se le silencia, se agrede y se silencia a toda una sociedad, somos el puente de comunicación fundamental entre los acontecimientos y la sociedad. Ahora, es muy importante que exista la libertad de expresión ejercida a plenitud por los comunicadores, por los diferentes medios, porque no solamente gana el periodista o el medio en cuestión, sino que gana toda la sociedad. Es un derecho de la sociedad y está por demás decir que por ello es fundamental asomarnos a nuestra Constitución y ver que ese derecho está registrado.

Cuando uno ejerce el periodismo, ¿se puede o se debe hacer sin cuestionar al gobierno en turno, al poder o a las autoridades?

—No. Yo creo que un ejercicio periodístico, en el más amplio sentido de la palabra de la expresión, pues parte fundamental es la crítica, el señalar aquello que se considera que no se está haciendo bien o en lo que no se han obtenido los resultados que se dijo que se iban a tener, ya sea en campaña o ejerciendo el poder. Parte del ejercicio periodístico es hacer una crítica.

Valdría la pena señalar que también nosotros los comunicadores, los medios de comunicación, debemos tener un respeto fundamental por la sociedad a la que nos dirigimos y hacer una crítica sustentada, respetuosa, de nivel, y en la misma forma como se ejerce debe ser recibida, no se trata de denostar, no se trata de descalificar sino de hacer una crítica profesional.

El Presidente ha hecho referencia al ejercicio de algunos columnistas en el que habla sobre si lo golpean o no. En este sentido, ¿cree que él debe reflexionar sobre la postura que tiene con todos los medios de comunicación?

—Bueno, además de columnistas, de periodistas, también habla de medios, de periódicos no solamente nacionales, sino también del extranjero.

Creo que este espacio que ha abierto el Presidente, hay que reconocerlo, las experiencias de sexenios anteriores no nos hablaban de un ejercicio de comunicación en los términos en que él se expone todas las mañanas a hablar prácticamente de todos los temas, eso lo veo como algo muy positivo, también veo que en este ejercicio él no ha querido coartar la libertad de expresión,

Pero yo veo una línea muy delgada entre lo que debe reconocerse [el hecho de que AMLO hable de los medios en sus conferencias] y lo que puede ser muy delicado y peligroso.

Cuando se habla de medios, de periodistas, de comunicadores, de columnistas con nombres y apellidos se puede llegar a estigmatizar, se puede hablar de descalificar, siempre han existido personas que polarizan y esto puede abrir la puerta a agresiones a medios y comunicadores.

Yo creo que el Presidente —porque él lo habla e insiste que tiene el derecho de réplica, de expresarse de forma libre— por su puesto que tiene ese derecho y el de expresarse con toda la libertad, pero mucho cuidado con esta línea que, insisto, es muy delgada y que muy fácilmente se puede cruzar a lo que puede ser, reitero, estigmatizar a comunicadores, a medios, a señalar, incluso a amenazar.

Siento que hay un buen espacio para que el Presidente reconsidere las formas y que sí ejerza, creo yo muy sano, ese derecho de réplica y esa libertad de expresión que como todo ciudadano, pues él también tiene el derecho.

Pareciera que el Presidente da a entender que las personas que no están a su favor, están en su contra, ¿qué tan peligrosa es esta línea?

—No se puede hablar de buenos y de malos, el Presidente debería matizar. Cuando califica las notas y la estadística que le presentaron, que también es muy subjetiva, a favor, en contra y neutrales, me gustaría conocer con mucha precisión cuál es una positiva, ¿la que no hace crítica?; cuál es una nota mala, ¿la que sí lo hace? ¿Criticar es ponerte la etiqueta de una nota mala, negativa? Creo que no es por ahí, es muy delicado ese tema de polarizar, de: ‘Si no estás a mi favor, estás en mi contra’.

Y también hay una cuestión: cuando se ejerce el poder, creo yo que los presidentes, gobernantes en general, deben asumir como un compromiso personal tener la capacidad y la madurez de corregir; no todas las decisiones que se toman son acertadas y si alguien te hace ver que determinada acción o determinada política pública que estás ejerciendo no es correcta y te lo hace ver con argumentos, ¿por qué no corregir? Por qué no enderezar el camino, lejos de descalificar a quien te dice que no está de acuerdo.

¿Se ha sentido intimidado por algún trabajo que haya publicado o ha sentido que su libertad de expresión se ha cooptado?

—No, afortunadamente no, y sí me gustaría subrayar algo, porque afortunadamente tengo esta trayectoria de lo que son los medios privados y hoy lo que es un medio público: 20 años estuve en Televisa, en el sistema de noticias ECO, en noticieros Televisa; luego, un largo tiempo, prácticamente 18 años en Grupo Radio Centro, Radio Red, Formato 21 y ahora esta responsabilidad que te refería desde hace 17 años, en Televisión Mexiquense, de hacer periodismo desde un medio público, que también tiene otra dinámica y otras implicaciones, pero afortunadamente te puedo decir que no, que no he sufrido el que se ataque mi libertad o condicionen determinados temas o no tocar a ciertos personajes.

Aquí, particularmente en el Estado de México, lo tengo que decir como es, llegué aquí hace 17 años, entonces era gobernador del estado Arturo Montiel, luego llegó el gobernador Enrique Peña Nieto, Eruviel Ávila, ahora el gobernador Alfredo del Mazo, y yo a ellos, y se los he dicho en entrevistas, más que agradecerles, reconocerles la libertad que nos dan para trabajar, y eso se puede acreditar en el día a día en nuestros noticiarios. Entonces, afortunadamente en este camino, que ya es muy largo, no he sufrido del que se limite mi libertad de expresión.

Pero también hay un punto muy importante, pues nosotros mismos —por lo que significa el poder político, el económico y ahora lo que es el crimen organizado y la cantidad de comunicadores que han sido violentados, asesinados, intimidados por la delincuencia— no podemos caer en el terreno de la autocensura, que muchas veces puede ser más severo que lo que pudiera venir de cualquier otro sector de nuestra sociedad.

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