Hace 11 días la Cuba revolucionaria se escuchó en la Plaza de la Constitución, y hace nueve a la bolivariana dentro de Palacio Nacional. Cada cual arremetió contra el imperialismo y el colonialismo, y defendieron al pueblo. Anoche, ahí mismo, en el corazón político del país, en el bicentenario de la consumación de la Independencia nacional, fue el turno a Estados Unidos, que vio a México como su más cercano aliado.

La de ayer fue una fría noche de otoño. Por fin el presidente Andrés Manuel López Obrador pudo encabezar, tras más de un año de la llegada de la pandemia de Covid-19 a México, un acto masivo en el Zócalo, donde se dieron cita más de 2 mil personas para celebrar la consumación independentista.

El Presidente salió de la Puerta de Honor de Palacio Nacional, acompañado por su esposa Beatriz Gutiérrez y por el general Luis Cresencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacional y el almirante José Rafael Ojeda Durán, titular de Marina. Fue un día especial, como lo dijo temprano, y se le notaba en la sonrisa al llegar al palco de honor.

Poco después de las 20:00 horas, López Obrador escuchó atento las palabras del presidente estadounidense, quien en vez de contestar su petición de echar abajo el bloqueo a Cuba felicitó al pueblo mexicano

Mientras que el 16 de septiembre el presidente cubano Miguel Díaz-Canel dio un discurso de 14 minutos, la voz de Joe Biden solamente se escuchó por un minuto 35 segundos en la Plaza de la Constitución.

En las gradas localizadas a un costado del templete de honor los empresarios más poderosos del país también escucharon los discursos conciliadores. Y algunos dejaron atrás, si hubiera, rivalidades de rating, y se observó a empresarios como Ricardo Salinas Pliego, Emilio Azcárraga y Olegario Vázquez Aldir. Se les vio contentos, disfrutando el espectáculo teatral, de luces y sombras, de pirotecnia y música que ofrecieron casi mil 500 integrantes de las Fuerzas Armadas en el festejo cívico.

No hubo espacio para rivalidades o enconos, y en el templete principal se vio a Claudia Sheinbaum y al canciller Marcelo Ebrard, aspirantes presidenciales para 2024, también disfrutar del momento y olvidarse de la contienda por la candidatura de Morena. La confrontación será para otro día.

La celebración de la consumación de la Independencia, con sus miles de juegos pirotécnicos, sus luces y sus canciones tradicionales, parece ser que contagió a una plaza que históricamente ha sido de reclamos, de luchas y de combate, para dar paso a la celebración por la consumación de la Independencia nacional. En el Zócalo hubo un mensaje central de fraternidad. ¿Mañana? Mañana será otra historia...

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