Angustia, miedo y ansiedad son los acompañantes fieles de los trabajadores del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), quienes todos los días temen regresar a sus casas y contagiar a sus familias, ante la falta de equipo de protección personal para atender a pacientes con Coronavirus .

Édgar Alejandro Carrillo Espidio, de 42 años de edad, es afanador en el INER. Esto quiere decir que todos los días ingresa a los pabellones donde se encuentran hospitalizados los pacientes Covid-19 para retirar la basura que genera el paciente, retira las sábanas de la camas y trapear el piso. Diariamente entra en contacto con cuando menos 20 pacientes infectados.

En entrevista durante una protesta de trabajadores, rechazó que los trabajadores se nieguen a atender pacientes pero necesitan equipo suficiente para hacerlo.

"Los agradecimientos y reconocimientos son una cosa pero la realidad es otra. Que se ponga a trabajar quien lo tenga que hacer pero que a nosotros nos den nuestros equipos de protección. Nuestra preocupación es enfermarnos nosotros y nuestras familias. Llevamos ocho días sin los insumos, hubo dos defunciones ayer y una más la semana pasada", reclamó.

Alejandro se manifestó con sus compañeros al exterior de la sede del instituto para demandar que les entreguen equipos nuevos y desechables, y no se les obligue a utilizar equipos reciclados. Su temor es que al regresar a su casa, pueda contagiar a su esposa y a sus dos hijas de siete y dos años siete meses de edad.

"Me siento ansioso, y no nada más yo. Tengo dolor de cabeza y de cuerpo, no puedo dormir. Todos los días tengo un dolor de cabeza muy intenso, es la ansiedad y el nervio al contagio. Esto es peligroso y te puede llevar a la gravedad, aún en personas sanas. El miércoles pasado falleció un compañero de 40 años, que estaba sano y era deportista. Mi preocupación es por mis hijas y mi esposa. Todo el personal de salud estamos en riesgo".

Maricela León González es técnica especializada en terapia respiratoria, lo que quiere decir que tiene acercamiento directo con enfermos de Covid-19 al realizar traslados, al programar e instalar los ventiladores para pacientes intubados. Cuenta que en este momento, en el hospital se atiende a 100 pacientes con ventilador.

A pesar de que su experiencia es de 30 años en su especialidad, considera que atender a pacientes Covid-19 ha sido "impactante".

"Nos preocupa, nos estresa y nos llena de miedo porque la cercanía que tenemos con ellos es bastante.

Los EPP nos los estaban proporcionando y que nos lo cambiáramos cada vez que teníamos que entrar a pabellón pero se escaseó y sobretodo los N95. Nos dieron la indicación que tenemos que guardar los N95 en áreas Covid para volver a entrar", dijo.

"Antes de salir del Instituto me baño y me cambio de ropa. Tengo cloro y alcohol para sanitizarme. Me genera angustia porque tengo dos hijos y dos nietos, y tengo miedo de no regresar a mi casa, de no volverlos a abrazar y no volver a estar con ellos. Aunque están aislados y lejos de mí, es angustiante pensar que no vamos a volver a ver a nuestra familia".

Juan Antonio es técnico radiólogo, que labora desde hace mas de 25 años en el INER, está preocupado porque sabe que al retirarse el equipo de protección es el momento de mayor vulnerabilidad a contagiarse por Covid, especialmente ahora está utilizando equipo de algodón no desechable que requiere una técnica distinta para retirarse, en la cual los trabajadores no han sido capacitados.

Cómo a sus compañeros, le preocupa poner en riesgo a sus seres queridos.

"Quieren atención eficiente y de calidad, pero sin darte material. Aquí casi todos los pacientes están entubados. El riesgo es muy grande. Hay compañeros que han caído; ya fallecieron dos compañeros y hay tres entubados. No quiero estar poniendo en riesgo a mi mamá, a mis hermanos, ni a ninguno de mis compañeros".

"Piensen en su familia, pero recuerden a las nuestras porque parece que se les olvidó".

rmlgv

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