“No me dio miedo y si quiero vuelvo a entrar”

, asegura con voz serena José Luis González Quiñones , el joven originario de Durango, que el pasado 1 de marzo burló la seguridad de Palacio Nacional, logró colarse a la mañanera y hablar de manera directa con el presidente

Empero, asegura, ahora está más difícil, porque ha mejorado la seguridad de la sede del Poder Ejecutivo federal y residencia oficial del presidente López Obrador.

Sentado en una banca de concreto, frente al acceso de Moneda 1 , González Quiñonez pide una audiencia directa con el Jefe del Ejecutivo, pues ninguno de sus problemas se ha solucionado desde hace más de dos meses que irrumpió en la mañanera.

“La atención nada más, que él se comprometa conmigo, qué no me mande gente, qué no me mande fotos, ni entrevistas ni nada qué él sea el que se comprometa conmigo a hablar, nada más es lo que le pido”, dijo el joven en entrevista.

“Que ayude a mi mamá, que me ayude en la solución en lo que me sembraron droga, que me quiten todo eso, que duré dos años injustamente ahí”

Reconoce a los 18 años fumó mota, también se hizo adicto al cristal y la cocaína, pero fue dejando todo eso, sin embargo, al separarse de su pareja volvió a agarrar las drogas.

Asegura que nunca fue militar, aunque le habría gustado serlo y se expresa con respeto a la institución castrense. José Luis viste una chamarra gris, con un escudo, y playera verde olivo, gorra color caqui. En su mochila –además de su bocina para escuchar música- lleva un parche cuadrado con la bandera de México.

La narración que hace de cómo ingresó a Palacio Nacional –del cual no hay registros oficiales- es digna de una película de espías.

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“Me brinqué acá por el estacionamiento, tiene una abertura por ahí, unos pilares donde entran los carros y por ahí me fui escalando hasta subir hasta mero arriba, y ahí me metí por el estacionamiento y ya salí por abajo del estacionamiento, de los caracoles hasta llegar hasta allá”.

-¿Y al Salón Tesorería cómo te metiste?

-“Agarré una escoba, un trapeador y me fui haciendo como que estaba barriendo ”.

Señala que fue hasta su intento número 25 como se logró colar la madrugada del 1 de marzo donde se escondió en unas tarimas que se usan de mesa.

“Voy a aguantar hasta que me reciba el Presidente, por eso entré con él. No me dio miedo, si quiero vuelvo a entrar, pero el detalle es de que me van a sacar, ahora la seguridad está más difícil de lo que estaba primero y no me da miedo, pero para que voy a entrar si voy a estar quemando entradas que en realidad puedo usar como quien dice hasta que ya no haya otra opción”.

Mientras se realizaba la entrevista con José Luis González Quiñones una persona vestida de civil, pero con corte tipo militar, grababa videos y tomaba fotos de la charla.

kl

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