Paco Calderón es uno de los caricaturistas políticos más importantes de México. De trazo duro y mirada crítica, suele poner su punto de vista en la conversación pública y en las redes sociales a menudo. Opina que a nadie le gusta que lo critiquen, a ningún presidente, pero justo un mandatario debe tener la piel muy dura.

El cartonista charla con EL UNIVERSAL sobre el clima actual de libertad de expresión en el país, los dichos del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre el diario en el que publica y también de las condiciones de libertad de expresión en gobiernos anteriores.

El Presidente ya ha dicho dos veces en sus conferencias que Reforma, el periódico en el que colabora, es un “pasquín inmundo”. ¿Qué opina de eso?

—Es una opinión desafortunada, falsa, máxime viniendo de un Presidente de la República. Me extraña que un hombre que dice que tiene que respetar la investidura hace hasta lo imposible por denigrarla.

¿Qué le parece, en general, el panorama de la libertad de expresión con la 4T?

—Creo que es un fenómeno mundial, pero [aquí] es un clima hostil, está muy polarizado. Yo creo que la labor de este Presidente y de cualquier otro que se precie de serlo, debe bajarle al nivel de polarización y crispación política y este Mandatario no lo hace.

¿Y en gobiernos anteriores, como el del PRI y el PAN?

—Mira, en los gobiernos priístas no había libertad de expresión. Tengo 43 años de vida profesional y digamos que la libertad de prensa y expresión que gozamos hoy en día no la teníamos entonces. Creo que ahora la hay; sin embargo, la siento amenazada, porque el gobierno actual quiere regresar a esa presidencia imperial, donde sólo se escucha una sola voz. Y la democracia no es eso, la democracia es escuchar todas las voces.

Parece que al Presidente no le gusta que lo critiquen, y tú lo criticas seguido…

—Al Presidente no le gusta nada que lo critiquen, y te voy a decir: a ningún presidente, de hecho a ninguna persona le gusta que la critiquen. La cosa es qué tan dura tienes tú la piel ante las críticas, y se supone que un presidente debe tener la piel muy dura.

¿Has recibido ataques del gobierno actual?

—En lo personal, y ahí tengo que reconocerlo, por parte del gobierno no he tenido ningún tipo de amenaza, represalia, ningún tipo de retribución adversa por lo que yo he hecho. Esa es la verdad.

¿Y de los seguidores del actual Ejecutivo federal?

—Voy tomando la crítica de quien viene. Cuando en Twitter, por ejemplo, recibes un montón de insultos por parte de gente que firma como “El Guasón” o puras iniciales, pues dices: no vale la pena ni siquiera dignarse a responder eso. Señal de que les está doliendo mi cartón; sigues adelante. Leí precisamente una frase de Churchill que dice: “Si te detienes a aventar piedras a cada perro que te ladre, no vas a llegar muy lejos” y creo que esto aplica para este caso.

¿Qué opinión te merecen las “mañaneras”? Ciro Gómez Leyva dijo a EL UNIVERSAL que funcionan como una estrategia de intimidación hacia la prensa.

—Son un ejercicio de validar del Presidente. Ningún periodista serio ya las atiende, nada más van sus paleros y el Mandatario habla y habla sin parar, porque en realidad está enamorado de su voz. Pero en términos objetivos no dice nada.

Él aduce que su pecho no es bodega, pero lo único que llega a hacer es a vomitar una serie de resentimientos y de demonios internos que trae sin informar nada, y por otro lado, cuando tú ves los resultados de su gobierno, no tiene nada qué informar.

Hay caricaturistas muy de izquierda y otros muy de derecha, ¿dónde te ubicas?

—Ahí que me ubique el lector. Yo te puedo decir que estoy a favor de la democracia, de la economía de mercado y del Estado de derecho. Si eso le parece de derechas a unos, qué bueno. Si eso le parece de izquierdas a otro, qué bueno. Yo creo que el caricaturista que milita en alguna ideología o partido deja de ser un caricaturista político para volverse un político caricaturista.

Mi única militancia para mí es la caricatura y yo siempre voy a criticar al poder, venga de donde venga. Evidentemente es más divertido y más fácil criticar a un gobernante por el que no voté que por uno que voté.

Colegas tuyos de La Jornada han aparecido en fotos al lado del Presidente. ¿Te merece alguna opinión esto?

—Ninguna. Están en su derecho. Alguna vez me invitó el presidente [Ernesto] Zedillo a una gira a Reynosa, Tamaulipas, y al bajar del avión nos tomaron una foto. De ahí han sacado que yo era cliente del avión presidencial, que yo recibía chayote, que no sé qué. Te voy a decir: el periodista debe marcar una sana distancia con el poder. Y cuando no lo haces, pues pagas el precio.

Ahora, una cosa muy distinta es que te inviten porque eres periodista, y otra cosa es tú ir a visitarlo y a aplaudirle.

Recientemente publicaste un cartón con AMLO y una hoguera con Reforma, Nexos y Letras Libres. Jesús Ramírez, vocero de la Presidencia, dijo a EL UNIVERSAL que en este gobierno no hay periodistas amenazados, que se exagera, ¿qué opinas?

—Que está mintiendo. El Presidente sube a la picota pública desde la tribuna presidencial a dos revistas que lo único que hicieron fue aceptar publicidad.

Si tiene a un funcionario público que amenaza o que sugiere el exilio a los críticos del Presidente no creo que se esté exagerando. No lo había yo visto en ninguna de las administraciones, y mira que yo he estado como caricaturista profesional desde Echeverría hasta la fecha.

Has dedicado tus últimos cartones al subsecretario Hugo López-Gatell y a Rocío Nahle, secretaria de Energía, ¿qué personaje de la 4T da más material para dibujar?

—El que da más material para cartón, porque de hecho acapara la escena política, es el Presidente. Como caricaturista te puedo decir que agradezco que existan personajes como [Manuel] Bartlett, Irma Eréndira [Sandoval], Rocío Nahle o este señor, [Hugo López-] Gatell, porque me permite dejar de dibujar al Presidente. Es verdaderamente agobiante tener que dibujar al mismo personaje una y otra vez; por otro lado, es el que lleva la agenda y la voz cantante.

En otros gobiernos el Presidente se dedicaba a gobernar y eran sus subalternos los que de repente metían la pata o decían alguna tontería. Cuando el Presidente centraliza todas las tonterías de su gobierno, al único al que puedes caricaturizar es a él, entonces cada que meten la pata sus subalternos, cómo lo agradezco.

¿Alguna reflexión que hayas tenido últimamente, cuando el Presidente sube a la picota, como dices, al Reforma y a las revistas que no le son afines?

—Este hombre va a ser Presidente por cuatro años más. No le vamos a permitir ser un día más Presidente, así vote todo el pueblo. El Reforma va a seguir. No se quién siga, si siga la 4T o si se acabe con él. Yo voy a seguir siendo caricaturista y él va a pagar todos sus errores como los han pagado todos los expresidentes.

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