Cuatro meses después de las elecciones generales en Alemania, la canciller Angela Merkel superó otro escollo en el tortuoso camino hacia la formación de gobierno, debido a que el Partido Socialdemócrata (SPD) decidió ayer que finalmente entablará negociaciones con sus conservadores para reeditar la actual coalición.

En un congreso extraordinario en la ciudad de Bonn, un SPD dividido resolvió por una mayoría de 56.4% dejar atrás los reparos que lo habían llevado a anunciar su pase a la oposición y negociar para formar la que sería la tercera gran coalición que rige Alemania sobre la base de un preacuerdo alcanzado una semana atrás. Un total de 362 de 642 delegados votaron a favor, 279 en contra y uno se abstuvo.

“El camino para las negociaciones está allanado”, celebró Merkel, quien estimó que queda “un montón de trabajo por delante”.

Los conservadores “deberán prepararse porque que vamos a negociar igual de duro que en las consultas”, avisó el presidente del SPD, Martin Schulz, tras la votación que tuvo en vilo al país y que evitó por el momento la repetición de elecciones.

El presidente socialdemócrata prometió que luchará por imponerse en más puntos en las negociaciones con Merkel y mencionó entre ellos el fin del trato discrecional entre el seguro privado y el público de salud, la abolición de los contratos temporales sin causa y la reagrupación familiar de los refugiados.

La cúpula del partido incorporó a último momento estas tres demandas en la moción general que sometió a votación para tender un puente hacia los más escépticos. Los democristianos ya avisaron que no están dispuestos a modificar sustancialmente el preacuerdo de 28 páginas.

El respaldo del SPD a Merkel para formar gobierno es considerado por muchos opositores como un “mal matrimonio” para el partido.

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