Washington.— Las opciones de una reforma migratoria en Estados Unidos quedaron enterradas ayer definitivamente tras el enésimo fracaso de una propuesta en el Congreso. La supuesta ley de consenso de los republicanos de la Cámara de Representantes obtuvo mucho menos apoyo del esperado, aplicando un nuevo revés a la administración.

Si bien hace una semana el presidente Donald Trump pedía a su partido que dejara de “perder el tiempo” con el tema migratorio, ayer por la mañana urgió a los congresistas a votar masivamente por el proyecto legislativo. “La aprobación mostrará que somos fuertes en la frontera y seguridad mientras los demócratas quieren fronteras abiertas, [lo que significa] crimen”, gritó Trump en Twitter, escribiendo todo en mayúsculas.

Sin embargo, pese a que incluía los cuatro pilares exigidos por el presidente, desde 25 mil millones de dólares para el muro en la frontera con México hasta la reducción drástica de la inmigración legal, pasando por una solución para los dreamers, el texto llegó muerto al plenario. La semana de prórroga que se dieron los congresistas conservadores para tratar de llegar a un entendimiento fue inservible, y el resultado demoledor: 121 a favor, 301 en contra. Entre los votos negativos, 112 de legisladores republicanos. Ningún demócrata votó en positivo.

La semana pasada, una propuesta todavía más conservadora tampoco superó la criba de la Cámara de Representantes. Curiosamente, la ley más estricta recibió más apoyos: 193 contra 231, lo que supone una humillación extra para los líderes del partido que habían apostado por conseguir algo en materia migratoria antes de las elecciones de medio mandato que se celebran en noviembre.

La derrota cierra la puerta a una reforma integral, pero podría permitir una ley menos ambiciosa que sólo aborde el tema de la separación familiar de inmigrantes. La administración Trump aún está tratando de encontrar la estrategia para poder cumplir la orden judicial emitida la noche del martes, y que le exige reunificar todas las familias en el plazo de un mes.

El gobierno tiene que acelerar si quiere cumplir los tiempos, que son incluso más reducidos —14 días— si los niños son menores de cinco años. El juez Dana Sabraw criticó que los pequeños “no son tratados con la misma eficiencia y precisión que las propiedades”.

Hasta el momento, pese al decreto que firmó Trump exigiendo la reunificación familiar, el Departamento de Salud sólo reunió en una semana a seis familias. Según la administración, todavía hay 2 mil 47 niños separados de sus familias, repartidos por instalaciones en todo EU.

El medio ProPublica contabilizó que en todo el país hay al menos 97 instalaciones que albergan a niños migrantes, tanto separados de sus familias como aquellos que llegaron solos a la frontera y cruzaron. Según sus cuentas, antes de la crisis actual había casi 9 mil menores en centros del gobierno.

Funcionarios del gobierno federal señalaron ayer que el Departamento de Seguridad Nacional solicitó formalmente 12 mil camas en instalaciones militares para las familias detenidas tras cruzar la frontera ilegalmente. De esa cifra, se pidió que 2 mil estén listas en los próximos 45 días. El resto se usarán cuando se requiera.

Más de 45 jefes de policía de todo EU, tanto republicanos como demócratas, instaron ayer en una carta a la Casa Blanca a encontrar alternativas a la detención de familias migrantes, tanto por los riesgos que conlleva para los niños como por los costos.

Por su parte, la directora del Centro para Bienestar Juvenil, la doctora Nadine Burke Harris, advirtió que la política migratoria de EU perjudica la salud de los menores separados, causándoles “daños sicológicos y emocionales a largo plazo”, y que ello acabará generando una “crisis sanitaria”. Con información de agencias

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