“Ana era una persona muy feliz, le gustaba salir mucho y convivir con la gente, era muy buena persona, se le va a extrañar mucho”, comentó Aura Moreno, hermana de la mexicana que murió en medio de un ataque armado el pasado sábado en Dallas, Texas, luego de que recibiera un impacto de bala cuando se dirigía a su casa tras haber ido a recoger el vestido de graduación de su hija de 18 años.

A Ana le sobreviven tres hijos: Jorge, de 20 años; Michelle, de 16, y Amy. Su familia es de la ciudad de Nuevo Laredo, Tamaulipas, en México, pero viven en Dallas desde hace más de 30 años.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Aura Moreno relató que vivieron momentos de incertidumbre luego de que su sobrina Amy informara a sus parientes, a través de un chat de los miembros de la familia, que habían quedado atrapadas en un fuego cruzado. Ana, de 39 años, era la única hermana de Aura.

“Yo estaba con mi sobrina Michelle esperándola, mientras Ana, junto a su hija Amy, habían ido a la estética a arreglarse el cabello y pasarían a recoger el vestido (...) Amy nos mandó mensaje al grupo diciendo que le habían dado un balazo a su mamá y no estaba respirando. Yo sólo me quedé mirando el teléfono y volteé a ver a Michelle y ella comenzó a gritar”, dijo.

Indicó que tras lo ocurrido, Aura junto a su familia siguió la ubicación de Ana; no obstante, al llegar, la mujer ya estaba siendo trasladada por una ambulancia al hospital, junto a otros tres hombres que también fueron lesionados. Momentos más tarde, se les informó que Ana no había resistido.

“Nosotros comenzamos a seguir el teléfono de Ana, mi mamá, Michelle, mis hijos y yo fuimos al lugar donde estaba mi hermana, pero ya se la estaba llevando la ambulancia”, agregó.

El Departamento de Policía de Dallas informó a través de un comunicado que los ocupantes de dos vehículos se habían estado disparando entre sí en la cuadra 2100 de N. Masters Drive mientras conducían; una de las balas alcanzó a Ana.

“Las autoridades no nos han dicho nada al respecto, yo le he estado mandando mensaje al detective y dice que todavía siguen investigando. Yo sé que han ido a diferentes lugares a revisar las cámaras, pero no nos dicen nada, tampoco sabemos qué haya pasado con los tres lesionados”, comentó.

Aura detalló que tan sólo unos días antes se reunieron en familia y entre los temas de conversación salió lo que había ocurrido en la ciudad de Allen, luego de un tiroteo en la plaza comercial Allen Premium Outlets, que dejó nueve muertos, incluido el atacante, así como siete heridos.

“Apenas hubo un tiroteo en el centro comercial en Allen y murieron niños; mi hermana había dicho que era muy triste lo que estaba pasando y a la semana siguiente se murió ella por un balazo que no tenía nada que ver con ella y eso no debía haberle pasado a ella, ni a nadie”, dijo.

“No entiendo qué más tiene que pasar para que hagan leyes contra el uso de armas, es ridículo que todas esas cosas sigan pasando, es triste. Ya no me sorprende cuando pasa un tiroteo, ya estamos acostumbrados a ver eso”. Estados Unidos ha sufrido al menos 199 tiroteos masivos en lo que va del año, según la organización Gun Violence Archive, que define los tiroteos masivos como aquellos en los que mueren cuatro o más personas, sin incluir al responsable del ataque.

“Ana estaba muy feliz porque Amy se iba a graduar y ella quería verla en la universidad. Sus hijos dicen que van a hacer todo para hacerla feliz a ella, aunque su madre no esté aquí”, finalizó Aura.

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