San José.— 11 de julio de 2021 (11-J): un domingo que sacudió la historia de .

“¡Abajo el comunismo!”, exigió un grito multitudinario en la oriental ciudad de Santiago, cuna de la revolución que triunfó en 1959 y última morada de Fidel Castro, máximo líder del régimen comunista cubano y fallecido en 2016.

“¡Libertad!”, solicitó un clamor popular callejero en la occidental ciudad de Pinar del Río, santuario del entrenamiento clandestino de las guerrillas comunistas con las que Castro incendió a numerosos países del Tercer Mundo de 1960 a 2000.

“Fin de la dictadura”, demandó un coro masivo en la central ciudad de La Habana, nervio político y socioeconómico del poderoso aparato revolucionario de implacable control en un país de economía militar en un estado policiaco.

También lee: 

… y en variados rincones del resto de Cuba, en unos con mayor o menor intensidad que en otros y en todos con pedidos de democracia y libertad y de repudio a “la dictadura” y “al comunismo”, estalló el 11 de julio de 2021 la presión de una válvula sociopolítica que estuvo contenida por más de 62 años.

Superada por la sorpresa, que lanzó a miles de cubanos a las calles sin que ni su temible estructura de seguridad política ni sus redes de infiltración urbana y rural de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) —sus ojos y oídos— alertaran para evitar los hechos, la jerarquía del Partido Comunista de Cuba (PCC) se enfrentó a un acontecimiento sin precedentes en más de 62 años.

¿Cuál fue la chispa que detonó el 11J? ¿A qué causas atribuir la más grave tormenta sociopolítica en Cuba en el siglo XXI que, a diferencia de actos esporádicos o aislados en 1994 o 1999 en sitios específicos con grupos de interés puntual, se desató en varias partes de la isla e inv0lucró a miles de cubanos —no a “grupitos”— que buscaron la vía callejera para enfrentarse al sexagenario régimen?

Sin salirse del libreto que Castro heredó para justificar los fracasos de la revolución, el primer secretario del PCC y presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, atribuyó el conflicto al embargo económico que Estados Unidos impuso a la isla en 1962 por su sistema polític0 y otros motivos, y acusó Washington de instigar la “cobarde provocación” que empezó el domingo y prosiguió ayer.

También lee: 

Al fustigar lo que describió como “bloqueo injusto, criminal, cruel (de EU), recrudecido ahora, peor en condiciones” de coronavirus, Díaz-Canel denunció la “perversidad manifiesta” del gobierno estadounidense.

El periódico Granma, órgano oficial del Comité Central del PCC, admitió sorprendentemente que Cuba “vivió” el domingo “una jornada inédita por los intentos desestabilizadores que se organizan desde Washington”.

Libertad

Más allá de justificaciones, en la estremecida política que comenzó el domingo persistió una palabra: libertad.

En un país con el PCC como único partido legal y sin pluralismo o multipartidismo, los cubanos tienen prohibido organizarse en una fuerza política distinta o en una organización que esté fuera del radar omnipresente del predominio comunista.

Por definición constitucional, el PCC es “rector de la sociedad”, por lo que monopoliza los medios de prensa. Cuando uno o varios cubanos desafiaron al PCC para generar un movimiento opositor, enfrentaron represalias y su destino se selló con cárcel, exilio o silencio eterno en sus casas.

También lee: 

Sin libertad de prensa y expresión y de formar un partido adversario al PCC para competir en una elección popular o aspirar a comicios libres, los reclamos de libertad en Cuba ocuparon lugar preferente en la agenda de los disidentes u opositores.

Un movimiento cultural en noviembre de 2020 abogó por libertad de expresión. En febrero de este año surgió la canción “Patria y vida”, prohibida por el PCC por contrastar con más de seis décadas en las que proliferó “Patria o muerte”, la consigna de Castro. En las callejuelas cubanas resonó el “Patria y vida” el domingo anterior.

“Jornada histórica”, narró la periodista opositora Yoani Sánchez, directora del diario digital 14ymedio.com que funciona en la ilegalidad en Cuba, en un audio que envió vía WhatsApp a EL UNIVERSAL y tras eludir el bloqueo a internet que el régimen implantó el domingo para contener la avalancha sobre la realidad en las calles cubanas.

“Fue el gran suceso (…) de protestas masivas en Cuba. Imágenes inéditas. Esto no se había visto antes. El volumen de personas en las calles, la simultaneidad en el país (…). Rápidamente se fue difundiendo y extendiendo”, en un escenario “sacudido por los gritos de libertad”, relató.

También lee: 

“Esto se veía venir. La frustración en Cuba lleva incubándose mucho tiempo. No solamente son las carencias y restricciones por el coronavirus, las dificultades para alimentarse, adquirir el mínimo de productos básicos. La desesperanza y la frustración han llegado a un punto muy elevado”, adujo.

Economía

Más que festejos por el cambio de año o por el aniversario de la revolución, el primer día de 2021 marcó el inicio de un severo plan de choque económico que ahondó la escasez, arrastrada por décadas, de medicinas, alimentos y bienes básicos.

Las congojas familiares se agravaron en un sistema financiero dominado por el dólar y el euro… por encima del peso cubano, que rige los salarios.

Con una paciencia sin fin para vivir de fila en fila —la del pan, la de la carne o la de los huevos…cuando hay— y cumplir con la cuota cotidiana de “resolver” en el mercado legal o en el ilegal, los cubanos acostumbran recurrir a una frase para resumir sus penurias: “No es fácil”.

El 11-J, finalmente, esa paciencia se les agotó.