david.fuentes@eluniversal.com.mx

La tercera caravana de migrantes que arribó a la Ciudad fue movida de sede: los organizadores y encargados de coordinar su peregrinar los trasladaron del albergue del Peregrino de San Lorenzo —ubicado en las inmediaciones de la Basílica de Guadalupe— hacia el Faro de Tláhuac.

Las autoridades capitalinas dieron a conocer que la caravana está compuesta por 403 personas —300 hombres y 68 mujeres, así como 35 niños y niñas—. Aunque hasta el momento no se han registrado incidentes o agresiones contra los migrantes, el inmueble es vigilado a discreción por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina (SSP).

Las instituciones encargadas de coordinar la caravana destacan que a los centroamericanos les han brindado los servicios generales: alimentos tres veces al día, baños y regaderas separadas, salud, seguridad y acceso cuando se requiera del servicio nocturno del ERUM para emergencias, en este sentido, se descarta algún brote de enfermedades respiratorias.

Asimismo, se han gestionado diversos servicios ante instancias como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), destacando los coordinadores que esto es en congruencia con los apoyos que se han otorgado desde el Puente Humanitario en el que se ha convertido la Ciudad de México.

Hasta el momento se desconoce cuánto tiempo estarán los migrantes en el albergue, al igual que su destino, pues aunque algunos tienen pensado llegar a Tijuana, otros han decidido regresar a sus países de origen y los menos, han decidido buscar una oportunidad laboral en la Ciudad.

En ese sentido, no se tiene conocimiento de que los centroamericanos hayan roto filas y estén deambulando en calles de la capital ni han sido denunciados por pedir dinero en calles o en el transporte público.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses