El esposo de Elena la había golpeado y estrangulado en varias ocasiones, pero el día que azotó a una de sus gemelas contra la cama .

Ahora, ocho años más tarde, ha decidido tomar las riendas y defenderse, como otras mujeres de la " revolución brillantina " que ha ganado a México.

Un mensaje de WhatsApp alertando sobre extraños merodeando afuera de la escuela donde estudian sus hijas revivió el temor de esta madre soltera de 39 años, que se apuntó en un taller de autodefensa en Ciudad de México .

Los cursos reúnen a madres de familia, universitarias temerosas de salir de noche, víctimas de y acoso en el transporte público, algo muy común en el país. Todas persiguen el mismo fin: aprender a defenderse contra la violencia de género en México, uno de los países más peligrosos del mundo para las mujeres, con el mayor número de en América Latina, según Amnistía Internacional.

Nueve mujeres son asesinadas cada día, según datos de ONU Mujeres.

Una veintena de mujeres se entrenan en el salón de una universidad en la alcaldía Azcapotzalco, en el norte de Ciudad de México. Aquí no se admiten varones.

En México, la "revolución brillantina" contra la violencia de género está en marcha
En México, la "revolución brillantina" contra la violencia de género está en marcha

Sabina, una joven transexual de aspecto punk, dirige a sus alumnas en disciplinas como artes marciales y boxeo, y les enseña a usar bolsos o sombrillas como armas de defensa ante un ataque callejero.

Beatriz Camacho, una pedagoga de 50 años, es otra de las participantes en el entrenamiento. Llegó aquí harta del acoso en el transporte público del que ha sido víctima en múltiples ocasiones.

"Una vez, terminé sacando a mi agresor a patadas del vagón y lo entregué con el policía de la estación del metro", cuenta con orgullo.

"Este taller tiene una filosofía feminista, enfocado en los derechos de las mujeres y en la sororidad. Aquí nos enseñan a decir 'no' con credibilidad, no con esa voz estereotipada y actitud sumisa que nos han inculcado, con una mirada firme donde también estás diciendo '¡hasta aquí!'", explica Ana Viveros, directora del programa de igualdad de género de la alcaldía Azcapotzalco, que patrocina los cursos.

Paradójicamente, México es un país pionero: reconoce la noción de feminicidio y violencia de género desde 2007, un crimen que ahora ya reconocen cerca de 15 países latinoamericanos, muy por delante de Europa. Incluso existe un mecanismo, llamado "alerta de violencia de género", que se pone en marcha cuando los indicadores de violencia contra las mujeres alcanzan un nivel alto y supone una respuesta coordinada para protegerlas mejor.

Este jueves, el gobierno de Ciudad de México decretó dicha alerta convirtiéndose en el estado mexicano número 19 en adoptar el mecanismo.

Sin embargo, con más de 700 muertes en lo que va del año, algunas a manos de policías, y el asesinato de una mujer cada dos horas y media en promedio, surgen dudas sobre su eficacia.

En agosto, mujeres de Ciudad de México y otros lugares dijeron basta.

"No me cuidan, me violan"

Miles de ellas, indignadas por la violación de una joven de 17 años por policías en un barrio popular de Azcapotzalco, salieron a las calles de la capital bajo el lema "No me cuidan, me violan". Una de las reivindicaciones era la puesta en marcha de la "alerta de género" de la que hasta este jueves carecía la ciudad.

Las protestas culminaron en destrozos incluso en la procuraduría de justicia y una pinta en la que se leía "México feminicida" en el monumento más importante de la ciudad, el Ángel de la Independencia, generando polémica. Activistas rociaron al jefe de la policía capitalina con brillantina, lo que dio nombre al movimiento: la "revolución brillantina".

"El problema es que han creado el arsenal legislativo pero luego toca decir cómo luchar contra el fenómeno con la policía, los jueces, cómo trabajar en red con antelación para que sea eficaz", explica a la AFP la jurista belga Stéphanie Wattier, especialista en género en la Universidad de Namur.

"Me parece fundamental evaluar el mecanismo de la alerta, y más allá de saber si es o no necesaria, es indispensable asumir que debemos cambiar los roles y los estereotipos de género", sostiene Tania Reneaum, directora ejecutiva de Amnistía Internacional México.

La "revolución brillantina" que se fragua en México desde hace ya varios años ha empezado tímidamente a surtir efecto. A finales de septiembre la Ciudad de México, dirigida por Claudia Sheinbaum, lanzó una campaña con el hashtag "datecuenta" contra el acoso en los transportes y con carteles de "zona libre de acoso sexual".

Además, se están instalando cámaras de seguridad y mejor alumbrado en algunas calles. "Si tú la sufres, alza la voz, no es tu culpa", dice también una locutora en un video difundido en redes.

"México tiene que aceptar que vivimos en una cultura profundamente patriarcal y machista donde parece que las mujeres son propiedad del padre, del hermano, del jefe, del amante, entonces hay una apropiación cultural del cuerpo y de la vida de las mujeres", estima Reneaum.

Brenda Carmona, estudiante de diseño de 24 años, termina el entrenamiento en el taller y suelta un suspiro. "Lo lamentable es que sentirte insegura sea algo normalizado. Por esa inseguridad una busca este tipo de talleres o herramientas que te hagan sentir más tranquila, a ti y a tu familia, que vive con el mismo miedo".

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