Almoloya de Juárez, Méx.- Para los pirotécnicos de San Mateo Tlalchichilpan este año es el peor, dicen. Ni la contingencia ambiental provocó la caída de sus ventas al grado que lo ha hecho la pandemia por Covid -19, porque con la suspensión de ceremonias religiosas y de las fiestas patrias dejaron de vender el 90% de su producción o más.

Miguel Salinas, propietario del taller FAT, lamentó que la emergencia sanitaria los tenga en “la lona”, al grado que algunos de los artesanos han pensado en cambiar de giro, que desde hace más de 50 años han desarrollado generaciones de familias en Almoloya de Juárez.

“Al año vendíamos entre 150 y 200 toritos sólo durante las fiestas patrias, pero este año apenas llegamos a 10 como máximo y es el material guardado desde abril”, reprochó.

Miguel Salinas dijo que todavía tiene la esperanza de que en los próximos días llegue alguna contratación, pues el Instituto de la Pirotecnia está promoviendo los eventos a distancia con piromusicales, que son shows donde queman castillos y que la gente puede apreciar sin salir de su casa.

Incluso, dijo, esperan algunas fiestas patronales que podrían requerir una quema, pues ven como ventaja que en algunos pueblos no han suspendido al 100% las celebraciones de este tipo.

“Ya no hay ferias pero promovemos eventos aéreos que son encender bombas, cohetes y los llamados piromusicales que se ven desde lejos, incluso desde la casa de la gente y tener un show con la seguridad de que la gente no se pone en peligro por las aglomeraciones”, añadió.

Mientras muestra el taller en el que antes había decenas de trabajadores colocando las bombas en los castillos y que hoy se observa desolado, dice que de nada sirvió que el año pasado, tras la declaración de contingencia ambiental en el Valle de Toluca, hayan hecho contacto con pirotécnicos e ingenieros españoles para cambiar por materiales más amigables con el medio ambiente, pues pasaron de quemar tres castillos de hasta 30 o 50 metros de altura por día a ninguno.

“Tenemos todo guardado desde abril, al principio le seguimos pagando a los trabajadores pero no pudimos aguantar más y hace dos meses ya dejamos de darles el apoyo porque no pensamos que se diera a alargar tanto. Ellos están buscando opciones, albañilería u otros oficios”, dijo.

De este taller nada más dependen 20 familias, son aproximadamente 15 empleados, la mayoría hombres del mismo pueblo y sus esposas dependen de ellos completamente.

“Tenemos la esperanza de subsistir, quizá no será como antes pero poco a poco ir retomando el ritmo y después volver a vender como antes. Lo que ahorita se trabaja son eventos por día, por ejemplo hoy piden 10 bombas, con lo almacenado se cubren los trabajos pero eso fue hasta abril”, contó.

A este taller en el 2019 lo contrataron en Hidalgo, Durango, Michoacán, Querétaro y municipios mexiquenses, pero este año ninguno de los 150 productores de esta localidad, tuvo asegurada su contratación para las ceremonias del Grito de la Independencia.

Incluso, en los 125 municipios mexiquenses, les dijeron, es probable que cancelen las ceremonias y pese al intento porque al menos haya quema de castilleria aún sin asistentes a las plazas públicas, “no tenemos nada seguro y para eso ya debimos empezar a armar los castillos y los toritos”.

En el taller que se localiza en medio de un paraje, encabeza los trabajos Miguel Martínez, es el “patriarca”, según los trabajadores; inició a los 16 años con esta actividad y a sus casi 80 años sigue siendo quien tiene la batuta en lo que a la producción se refiere.

“Nunca nos había pasado algo así, nuestras bodegas y nuestros talleres que siempre tienen pólvora y color, luz, vida, ahora están secas y solas”, subrayó.

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