Ecatepec, Méx.- Hadassa Desiree, la niña de 14 años que desde que inició el ciclo escolar 2020-2021 se sentaba bajo la sombra de un árbol para que su teléfono celular captará la señal gratuita de internet para conectarse a clases en línea, ya tiene un lugar seguro para aprender las lecciones de tercero de secundaria.

Un regidor del ayuntamiento de Ecatepec le proporcionó un escritorio y una computadora con internet en su oficina para continuar con las clases virtuales que imparten los profesores de la Secundaria Técnica 58.

“Sí nos ofrecieron estar en ese lugar, pero nos abren la oficina después de las 11 horas y la cierran como a las 7 de la noche y la verdad no queremos dar molestias”, dijo la menor.

Solo el miércoles la alumna, quien reside con su mamá en la colonia Tierra Blanca en una vivienda precaria donde no cuenta con servicio telefónico e internet , estuvo en el espacio que le proporcionó el edil.

Este jueves ya no acudió a tomar las clases en línea en la oficina del gobierno local

y regresó a la calle, bajo la sombra de un árbol donde coloca una silla pequeña en la que se sienta para seguir las lecciones virtuales en su teléfono celular.

“Aquí afuera está bien, como dice el dicho el arrimado y el muerto a los tres días apestan y aquí afuera le echo un ojito, allá está bien, pero ayer salió a comer como a las 4 y luego regresó como a las 7 y estuvo como 40 minutos estudiando porque después le cerraron la oficina”, contó la madre de Hadassa Desiree.

Hace dos días la fundación Delos le regaló una laptop para que pudiera conectarse en línea al curso de tercero de secundaria, pero por ahora emplea su dispositivo móvil para su jornada académica mientras consigue una banda ancha para contar con internet.

La alumna, quien es hija única, pasa 12 horas en el primer cuadro de Ecatepec donde toma clases y hace su tarea. También acompaña a su mamá porque vende dulces para el sostenimiento de las dos.

La progenitora de la estudiante de excelencia no la puede dejar sola en su casa por la inseguridad que existe en la comunidad donde viven, por lo que durante la pandemia ha estado cerca de ella en la esquina de la alcaldía.

El segundo año de secundaria lo aprobó con un promedio de 9.5, pero no fue suficiente para que le otorgaran una beca escolar.

Ni ahora ni antes, pues ha tramitado ante las autoridades educativas que le otorguen ese beneficio por la situación económica en la que vive con su madre, pero no lo ha logrado hasta ahora.

El sueño de Hadassa Desiree es estudiar una carrera universitaria: Medicina o Pedagogía y tiene el firme propósito de que se haga realidad. Es polifacética porque además aprende a tocar el violín y acude a clases de natación. No hay límites para ella.

fbpt/rcr

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