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Tultepec, Méx.Bomberos de este municipio enfrentan —con valor y responsabilidad— los accidentes con pólvora; el último arrebató la vida a cinco de sus compañeros —tres de ellos de Melchor Ocampo— y un elemento de Protección Civil estatal.

Vehículos obsoletos, salarios bajos y hasta equipos de protección personal caducos no impiden a los apagafuegos de Tultepec cumplir con su misión, incluso, después de las desgracias que provocan muertes.

“A seguirle, esto no para”, dice Enrique Villalobos Vázquez, teniente del Cuerpo de Bomberos de Tultepec, quien desde hace 18 años forma parte de la corporación.

El bombero ha sido testigo de múltiples accidentes pirotécnicos, como los tres incendios que consumieron en su totalidad el tianguis de San Pablito el 20 de diciembre de 2016, cuando murieron 42 personas y 60 resultaron lesionadas.

También estuvo en el accidente del pasado 5 de julio, cuando cuatro estallidos en talleres de La Saucera provocaron la muerte a 24 personas y lesiones a 54 más.

El personal de emergencias fue sorprendido por una de las explosiones, que dejó muerte y caos.

“El ánimo está un poco decaído [de los bomberos de Tultepec], pero creo que son cosas que tenemos que sacar adelante, por ellos mismos, por los compañeros que se encuentran lesionados, por la estación, porque como le comento, no se puede quedar sin servicios. La ciudadanía no puede quedarse sin atención y tenemos que estar al pie del cañón, sacar el trabajo adelante”, dice Villalobos.

La estación de Bomberos de Tultepec se ubica en la colonia El Quemado, cerca del centro municipal y al tianguis de San Pablito; además hay una subestación en La Saucera, la zona pirotécnica.

Ambas instalaciones son atendidas por 24 bomberos divididos en dos turnos (12 elementos cada uno). De ellos, ocho están en la estación central y cuatro en La Saucera.

Luego del accidente del pasado 5 de julio, sólo 12 bomberos de Tultepec laboran los dos turnos, toda vez que dos de sus compañeros murieron y otros más están lesionados.

Ser bombero, un orgullo. “Es un orgullo poder estar sirviéndole a la comunidad, y más que nada para la misma comunidad en la que nací, sobre todo por la dura profesión que ejercen aquí, que es la pirotecnia”, menciona Villalobos Vázquez.

“Creo que los [siniestros] más traumáticos para nosotros, como bomberos, han sido los del tianguis de San Pablito y el que pasó esta semana, donde perdimos a dos de nuestros compañeros”, dice.

Toda su carrera ha sido en Tultepec, donde a la semana los bomberos atienden entre 120 y 150 emergencias, en su mayoría traslados en ambulancias, choques vehiculares, atropellados, caídas, fugas de gas y “los menos” incendios.

Relata que los accidentes con pólvora no son tan frecuentes, pero nunca faltan y algunos son muy graves. “Claro, siempre se siente impotencia, porque a veces nos vemos rebasados por el servicio y tenemos que sacarlo a como dé lugar. Pero gracias a todos los compañeros vecinos, de los municipios que siempre nos apoyan, ya viendo las dimensiones del servicio, nosotros procesamos los apoyos que requerimos”.

“Cuando vemos personas lesionadas, lo primero que queremos es apoyarlas, ayudarlas y darles la atención lo más rápido posible. Pero cuando vemos que son compañeros propios, es una impotencia que no se puede describir, que no se podría describir cómo se siente porque son personas con las que convives a diario, que pasan a ser más que unos compañeros, pasan a ser tu familia y son sentimientos que no se pueden describir”.

Equipo insuficiente. Los bomberos de Tultepec cuentan con un camión motobomba en buen estado, una minibomba que está en el taller, tres ambulancias, tres camionetas pick up para ataque rápido y dos pipas, estas últimas que resultaron dañadas por los estallidos del 5 de julio y están en reparación.

También tienen 12 equipos de protección especial que pertenecieron a bomberos de Chicago y que caducaron hace dos años, pero continúan en buen estado.

Algunos bomberos adquieren equipo con sus propios recursos, a pesar de que su salario oscila entre 4 mil y 8 mil pesos mensuales, uno de los más bajos del Valle de México. Por ejemplo, en Naucalpan los vulcanos ganan entre 8 mil 800 pesos y 10 mil 600 pesos mensuales.

Dice que como bombero de Tultepec aprendió que “nada es fácil, todas las buenas cosas tienen dificultades, todo lo bonito, todo lo que uno trata de hacer bien, cuesta. Aquí estás dormido, estás comiendo, estás descansando, suena la alarma y tienes que ir a ayudar a otras personas sin ni siquiera conocerlas. Llegas, las ayudas, a veces la gente no te lo agradece, te reprocha el haber llegado tarde. Simplemente vas a salvaguardar primero su bienestar y luego lo material. Primero está la gente. El estar aquí me enseñó a valorar”.

La familia de Enrique Villalobos, como ocurre con otros bomberos, le pide dejar su trabajo por seguridad. “Ya no quieren que nos dediquemos a esto. Creo que no soy el único, a todos los compañeros les dicen lo mismo, ya no quieren que regresemos a trabajar, pero estamos comprometidos con el trabajo.

“La verdad nosotros no nos consideramos héroes. Yo creo que, como dice el conocido refrán, los héroes están en el panteón. Más que nada nosotros seríamos personas comprometidas con el trabajo y con la sociedad”, externa.

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