Toluca, Méx.— Matilde Ramírez Colín agradece que los cubrebocas que diseña y produce hayan salvado su negocio durante la pandemia de Covid-19.

Los aditamentos están pensados para completar los vestidos y ajuares de quinceañeras o novias, pues se convirtieron en parte imprescindible de la vestimenta, incluso un requisito para entrar a la iglesia.

El negocio Elegancia Nupcial, ubicado en el centro de Toluca, sobrevive gracias a sus creaciones, pues la pedrería, las cadenas y lentejuelas bordadas al raso, seda, algodón o poliéster, “nos salvaron de la quiebra”.

La idea surge cuando supo sobre la exigencia del cubrebocas, incluso cuando reanudaron las ceremonias eclesiásticas, uno de los requisitos fue que los asistentes utilizaran esta prenda.

Relata que muchas personas no pudieron posponer sus celebraciones, por lo que buscaron algo acorde con su ajuar o vestidos, no llevar sólo un aditamento desechable color azul que desentonaba, así que pensó en esta alternativa y no tuvo que cerrar su negocio, cuando todos los sectores económicos suspendieron sus actividades.

A partir del cambio al semáforo naranja, hace ocho semanas, en el Estado de México las iglesias reanudaron las misas y los eventos religiosos, por lo que volvió la clientela a los negocios de vestidos de novias y primera comunión.

“Hemos visto mucha más afluencia en estas semanas, nos dicen los clientes que les permiten el ingreso a las iglesias con todas las medidas de seguridad, así que buscan cumplir de la mejor forma, porque no quieren desentonar con sus vestidos y trajes formales, sino llevar un cubrebocas a la altura de sus eventos sociales”, opina Matilde.

Lo que más piden en los últimos días son primeras comuniones, pues son comunitarias en pueblos, así que les solicitan hasta 50 piezas o más.

Si es sobre diseño, aclara, el costo va de mil a 3 mil pesos, dependiendo de la pedrería, bordado o tipo de flores, y sobre todo la tela, pero una pieza sola, dependiendo del modelo, parte de 60 pesos en adelante.

“Tenemos piezas con diseños estándar, algunas perlas bordadas o flores muy sencillas. Esas pueden combinar con cualquier tipo de vestido o traje, pero la verdad muchos vienen por su diseño exclusivo”, precisa.

Matilde dice que son más las mujeres que solicitan estas piezas, muchas llevan lentejuelas y piedras muy llamativas.

“Hay quienes me han apartado algunos para noviembre y diciembre”, comenta.

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