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Desde que nació, Gerónimo vive en la calle Lago Chapala número 108 en la colonia Anáhuac. Su casa es la número 8, una construcción de no más de cuatro metros cuadrados hasta el fondo de la unidad. En esos 13 años ha visto cómo algunos vecinos se han mudado porque el lugar es “inhabitable”, según Protección Civil. El tabique de los muros ha quedado expuesto y en varias ocasiones los techos se han caído por los temblores.

La noche de este jueves su casa sufrió daños en la estructura que no había visto antes, a causa del temblor de 8.2 grados en la escala de Richter que sacudió la Ciudad de México. Ese día, antes de la medianoche, Gerónimo dormía en la habitación que comparte con sus dos hermanos y sus padres, cuando el temblor comenzó a mover en repetidas ocasiones su litera. El muro en el que está recargado el refrigerador y las camas comenzó a crujir. Blo- ques de yeso cayeron sobre la estufa y otros muebles.

Mientras la tierra se movía, el hermano de 11 años de Gerónimo lloraba y todos los integrantes de la familia salieron de la casa. Esperaron en la calle cerca de media hora, cuando regresaron a su casa vieron la cavidad de varios centímetros de ancho en uno de los muros. Decidieron no dormir ahí, pero sí llamar a las autoridades para que los auxiliaran. Gerónimo y sus papás le pidieron apoyo a su abuelita para dormir esa noche en su departamento, que se ubica en la misma calle de la delegación Miguel Hidalgo.

La mañana de este viernes los padres de Gerónimo regresaron a sus trabajos habituales, sin saber si por la noche podrían dormir en su casa. Mientras, una de las tías de Gerónimo, Guadalupe Santiago, argumenta que hace cuatro años el INVI y Protección Civil visitaron sus hogares y los declararon no aptos para vivienda: “Es inhabitable sí, pero pues, ¿dónde vamos a vivir?”.

Guadalupe es ama de casa, y desde hace 10 años también vive en el número 108 de Lago Chapala. Su casa, la número cuatro, también ha sufrido daños en la estructura. “Este techo no tiene mucho que se me cayó, después del temblor del año pasado... uno que fue de casi 7 (grados Richter). Uno medio le mete tantito mano a la casa, pero por dentro las paredes son de puro adobe”, explica.

Las viviendas no les pertenecen, les cobran una renta de aproximadamente 700 pesos mensuales. Hasta ahora y tras los constantes desperfectos que sufre el predio, las autoridades no se han acercado a ofrecerles un apoyo o una solución para mudarse de allí, dice Guadalupe.

Gerónimo, sus hermanos y primos esperaron en su casa hasta que Protección Civil tomara fotos y evaluara los daños. Para las 10 de la mañana, la unidad habitacional recibió visitas de la delegación, y la casa donde vive Gerónimo fue añadida a la lista de la SSP como una de las afectadas.

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