Por más de cuatro horas cientos de personas estuvieron a la expectativa del posible derrumbe del edificio conocido como Canadá ubicado en el número 300 de la avenida Insurgentes que resultó afectado tras el sismo de 7.1 grados de ayer.

Personal de la Marina , del Ejército y policías de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina arribaron a la zona y cerca de las 16:30 horas cerraron el paso a los vehículos sobre Medellín y Avenida de los Insurgentes, incluso al transporte público que circula en esa zona.

Los Marinos explicaron que el edificio, el cual tiene un aspecto de abandonado, corría peligro de derrumbarse, por lo que inmediatamente desalojaron a los habitantes de los edificios vecinos.

Nadie sabía que pasaría, algunos comentaban que esperaban a que se cayera, otros que lo derribarían, hasta que fue seleccionado un grupo de voluntarios.

"Nos comentaron que iban a derrumbar el edificio y nosotros vamos a levantar escombro, pero no nos han dicho más", dijo un voluntario quien utilizaba un casco, chaleco fosforescente, guantes y cargaba un pico.

Entre las instrucciones se escuchaba que los que estaban en la zona tenían que apagar celulares y no fumar cerca, debido a que había peligro de fugas de gas.

La gente espero por algunas horas, pero después de las 21:30 horas comenzaron a retirarse. Sin embargo, los voluntarios continuaron esperando.

Hasta el momento no se ha realizado el derribo del edificio.

pmba

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