El Día de las Madres se festeja en México desde hace ya más de 95 años. Lo que comenzó como una simple convocatoria de un periódico terminó consagrándose como una de las más grandes celebraciones en nuestro país.

Este festejo quedó marcado en el calendario cada 10 de mayo y representa el pretexto ideal para consentir a la persona que da todo para lograr el bienestar de su querida familia.

Buscamos rendirle homenaje con flores, chocolates o alguna salida inolvidable. Aunque el mayor de los regalos está en expresar ese sentimiento único, ya sea por medio de palabras, una carta, un abrazo o por medio de la comida.

Platillos con sentimiento

Tierra Adentro

es reconocido por enaltecer y poner de vuelta en el mapa preparaciones tradicionales que se tenían un poco olvidadas y que han pasado a través de distintas generaciones de cocineras. "Empezamos a viajar por todo México y hacer recopilación de todas estas recetas cuando decidimos iniciar con nuestro proyecto. Somos cocina mexicana fuera de lo común en CDMX. Sin embargo, servimos platos que son ordinarios en otros lugares de México. Por ejemplo: el mole amarillito. Aquí en la ciudad mucha gente pregunta '¿Qué es?', pero en Oaxaca se come todos los días, en la mañana en unas empanadas y en la tarde en unas enchiladas", comenta Aldo Saavedra , quien junto a su pareja, Manuel Rivera , decidieron abrir el restaurante hace apenas un par de años en la CDMX.

Platillos que evocan sentimientos, sabores, colores y aromas

que nos traen miles de recuerdos y que se trasladan a la cocina de las mamás de México. "Servimos la birria, que significa mucho para Manuel, es una receta que su mamá le enseñó a cocinar. Cada que él la hace, le trae sensaciones muy profundas. Cada que olía cuando la preparaba, ya sabía que se acercaba una fiesta o algún evento importante en la casa”, explica Aldo.

¿Quién no recuerda a la famosa capirotada? Ese sencillo pero delicioso postre —a base de pan, miel de piloncillo, cacahuates y pasas— que las abuelitas nos daban para premiar nuestro buen comportamiento. Hasta los años ochenta era muy fácil de encontrar cada vez que se acercaba la vigilia, pero lamentablemente ha ido desapareciendo del acervo culinario del mexicano . "Nosotros quisimos hacer algo distinto, con un pan de masa madre de doble fermentación, sustituyendo al clásico bolillo, y le agregamos pasas, nueces y arándanos. Lo horneamos en cilindros de metal, lo doramos con manteca, y después agregamos el jarabe, que también es una receta de la mamá de Manuel. Cuando lo ves piensas 'Ah, un pedazo de pan', pero al cortarlo está húmedo por el jarabe, está tostado y tiene un sabor salado por el queso rallado", explicó.

Consejos para deslumbrar a mamá

Con los restaurantes llenos y reservados desde varios días antes, la opción ideal es cocinar por cuenta propia desde casa. Aldo resalta que lo más importante es aventurarse a hacerlo, sin temor al resultado. Nuestra mamá siempre apreciará el intentarlo y el esfuerzo realizado. "Recuerdo de niño alguna mousse que le hice a mi mamá. Vi que de repente la copa se pintaba de dos colores y no lo entendía. Ahora sé que se me había cortado, que la clara estaba echa agua en la parte de abajo y que la espuma sabía rara; pero es tanto su amor que se lo terminó comiendo aunque estuviera mal hecho".

Tampoco hay que buscar recetas ostentosas. Mientras más sencillas sean, mejor será el resultado. "Tratamos de impresionar con un platillo muy complejo. Nos gana el nerviosismo y te sientes obligado a retribuirle, porque su comida siempre es muy reconfortante. Llegar a casa y probarla es como el apapacho que le hace falta al alma. Pueden hacer una sopa de fideo, la más simple, pero para ti es la mejor del mundo".

Hay que comprometernos a tener todo listo un día antes, pero ser bien conscientes de que la mayoría de las mamás se levantan muy temprano y si el desayuno será a la cama, habrá que ganarle al reloj. Tomar la precaución con las preparaciones”, aconseja el chef pastelero. En este caso, el factor sorpresa juega un papel sobresaliente.

En cuanto a sabores, no existe alguno definido que sea del agrado general. Simplemente hay que conocer bien a nuestra mamá porque, a veces queremos hacer cosas que no son muy de su agrado.

Otro consejo, que parece obvio, es siempre probar la comida antes de servir: hay que verificar que todo esté bien sazonado con las cantidades adecuadas. "En ocasiones le hace falta algo sazón. Por eso, un minuto antes de emplatar hay que tener la certeza de que sabe a lo que deseamos", explica el cocinero.

Una vez que terminamos, la cocina debe lucir impecable para que ella no tenga que mover ni un solo dedo. "Muchas veces dejamos todo un desastre y se convierte en trabajo de limpieza, en lugar de un regalo, y de eso no se trata”. Por último: incluir al resto de la familia es fundamental para que mamá se sienta querida y apapachada".

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