Por primera vez en los últimos dos sexenios, las Secretarías de la Defensa Nacional y Armada de México protagonizaron un simulacro conjunto de operaciones de guerra.
Por primera vez en los últimos dos sexenios, las Secretarías de la Defensa Nacional y Armada de México protagonizaron un simulacro conjunto de operaciones de guerra en el que participaron alrededor de 5 mil 500 militares y marinos
El simulacro denominado “Ejercicio con Fuego Real” participaron alrededor de 5 mil 500 militares y marinos, apoyados por 98 vehículos blindados y 396 unidades para el transporte de personal.
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La demostración tuvo lugar en el Centro Nacional de Adiestramiento con el uso real de bombas, misiles, obuses, morteros y artillería, además de incluir el lanzamiento de forma simultánea de 600 paracaidistas, el más numeroso realizado de forma coordinada por el Grupo de Operaciones Especiales del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada de México.
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Al término del simulacro que duró alrededor de dos horas, el Secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, felicitó a los soldados, marinos, oficiales y generales encargados de la práctica miliar a gran escala.
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El general destacó que este tipo de ejercicios sirven para que las fuerzas armadas muestren hacia el exterior de las mismas, una de sus principales misiones, es decir, defender al país en caso de que fuera necesario.
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Por su parte, el Secretario de Marina, Vidal Soberón Sanz, destacó la unidad de las fuerzas armadas, al tiempo que felicitó a todos los participantes en el ejercicio de fuego real.
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El ejercicio concluyó sin accidentes entre la tropa y marinería, ya que no hubo errores durante la batalla contra un imaginario “Ejército Rojo” que en ese momento atacaba al país.
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El Comandante del Centro Nacional de Adiestramiento, el General Gilberto García García, fue el responsable del simulacro táctico-militar, que incluyó bombardeos mediante misiles y cohetes disparados por aviones y helicópteros a objetivos en tierra, así como un ataque con obuses y morteros contra las posiciones que el enemigo había desplegado en el Cerro de La Perla