Zacatecas.— Gran indignación y alerta causó el asesinato y tortura de una gatita de nombre Ginny, a manos de un grupo de niños, quienes imitaron al crimen organizado, metiendo el cadáver de la mascota dentro de una bolsa de plástico, para luego arrojarla afuera de la casa de su dueña junto con un mensaje y amenaza escrita.

Estos hechos han causado alerta en el estado de Zacatecas, donde, por una parte asociaciones animalistas y la familia de la gatita piden justicia, mientras que a la par, especialistas en sicología criminalística y criminología advierten que este hecho es una llamada de atención para autoridades y sociedad, ante la reproducción de antivalores de grupos criminales, que dan origen a estos hechos, muestra de la gran descomposición del tejido social y la narcocultura que se ha introyectado a la niñez.

Los hechos ocurrieron el martes pasado, cuando Guadalupe, de 51 años de edad, llegó a su casa, localizada en la capital de estado, y al acercarse a la puerta vio una bolsa que parecía de basura, pero al abrirla encontró muerta a su gatita Ginny; además había una hoja con un mensaje escrito por los niños agresores que decía: “Tenga su gata”, junto con otras palabras y figuras obscenas en contra de Guadalupe.

Ante estos hechos, la familia de Ginny decidió exigir justicia por el maltrato a la gatita e interpusieron denuncias ante las autoridades de protección animal y la Fiscalía General de Justicia de Zacatecas, para que se investigue y se castigue a los responsables.

Guadalupe recordó que días antes ya había visto que un grupo de niños —de entre 10 y 14 años de edad— intentaron atropellar a sus gatos. Actualmente, el cuerpo de Ginny se encuentra en el Centro de Control Canino, donde le realizarán una autopsia.

Alerta violencia

En entrevista, Esther Navarro, terapeuta de adolescentes y familia, explica que este caso muestra el lastre de la sociedad contemporánea en cuanto a delitos de alto impacto, pero también anticipa que si no se atiende a esos menores que muestran rasgos de trastornos mentales, a futuro pueden ser huéspedes de centros de internamiento juveniles o centros penitenciarios.

Por ello, advierte la importancia de atender al núcleo familiar, al considerar que al reproducir actos violentos, quizá esos niños también pudieran ser víctimas.

En tanto, el especialista en criminología, Carlos Amador Chavela, considera que este caso es el reflejo de los más de 15 años en que México se ha convertido en un país violento, ambiente en el cual los niños han crecido.

El problema se agrava, dice, porque que en ninguno de los planes de desarrollo de los tres niveles (nacional, estatal y municipal) se ha implementado una política criminológica, que sea preventiva al estudiar y atender los fenómenos criminógenos.

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