Chihuahua

Padecen alguna discapacidad intelectual, algunos ya cumplieron los 30 años y otros son adolescentes, pero tienen en común que sus madres han buscado darles una mejor calidad de vida a través del deporte. Rosa Isela, de 59 años de edad y madre de Humberto, de 24, dice que las mujeres con hijos especiales tienen que trabajar el doble que con un hijo normal.

Humberto tiene discapacidad intelectual asociada con macrocefalia. Su madre narra que su más grande reto ha sido blindarse del rechazo del que fue víctima su hijo desde que era bebé.

Rosa Isela tuvo un embarazo gemelar. Cuando nació el niño, se lo entregaron como normal; sin embargo, se dio cuenta de que algo no andaba bien y comenzó su peregrinar por hospitales y con especialistas. Después del diagnóstico vino la parte más difícil, pues el niño no logró “encajar” en escuelas tradicionales y mientras estuvo en ellas sufrió el rechazo de compañeros e incluso profesores.

“A mi hijo lo rechazaron mucho. En educación física lo dejaban en las gradas porque decían que no podía hacer deporte. Mi más grande satisfacción ha sido verlo ganar medallas en Panamá, en lanzamiento de bochas; en Morelia, Michoacán, y en la ciudad de Puebla, en lanzamiento de bala y disco. Ahora se está preparando para otra competencia nacional”, comenta Rosa Isela.

Humberto se cuelga algunas de las medallas que ha ganado en estas competencias. Al pedirle un mensaje para su mamá se queda callado y la mira fijamente. Luego de unos segundos dice: “Sólo quiero darle las gracias porque ella siempre ha creído en mí. Cuando dijeron que no podía, ella creyó en mí y siempre me ha estado apoyando, ella sabe lo importante que es el deporte para mí y aquí está conmigo, yo la quiero mucho”.

Rosa Isela narra que los logros no son sólo de las madres, a ellas las acompaña la asociación Special Olympics.

Apoyo a las familias

Cinthia Arenales encabeza el trabajo de Special Olympics, organización que da apoyo integral a un centenar de personas con discapacidad intelectual y a sus familias, especialmente a las madres de los deportistas en Chihuahua.

La asociación se fundó en 1968 para proporcionar entrenamiento deportivo y competición atlética todo el año en una variedad de deportes de tipo olímpico para niños y adultos con discapacidades intelectuales, “pero este desarrollo no sería posible sin el apoyo decidido de las madres de familia”, afirma Arenales.

La mamá de cada uno de los deportistas son de vital importancia para su desarrollo, pues ellas entregan su tiempo completo tanto para los entrenamientos como para las competencias, asegura la directora de la asociación, quien tiene más de una década comprometida con esta causa en Chihuahua y en el país, donde recientemente fue nombrada Coordinadora Nacional de Eventos y GMS Special Olympics México.

A pesar de la gran labor que realiza en una área desatendida como es la discapacidad intelectual, la asociación no cuenta con el apoyo económico de ningún nivel de gobierno, de tal manera que las madres de familia son las principales voluntarias del programa, el cual subsiste con recursos proporcionados por diversos donadores y benefactores.

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