Eduardo Neri.— Huitziltepec apesta. Es mediodía, el sol está en su punto más intenso y el hedor del drenaje es intenso, las calles están llenas de aguas negras, de las casas brotan, como desde hace 11 años. Los habitantes no encuentran una forma de detenerlas.

Huitziltepec está a menos de 30 minutos de Chilpancingo, la capital de Guerrero. Es un pueblo nahua pegado a la Autopista del Sol, con unos 6 mil habitantes, que en su mayoría se dedican a sembrar maíz, frijol y calabaza.

Desde hace 11 años viven con las calles llenas de aguas negras, con el hedor pegado a las narices y constantes enfermedades gastrointestinales e infecciones en la piel.

Y no se exagera cuando se dice que todo el pueblo apesta. Una calle tras otra, todas están llenas de charcos de agua turbia, una mezcla entre excremento y el agua del uso común.

El escurrimiento nunca para, de todas las casas brota el drenaje. No se detiene y no se detendrá. Sus pobladores se niegan a acostumbrarse a vivir en este hedor.

El problema

Todo comenzó en 2008, cuando el gobierno de Zeferino Torreblanca les construyó una planta tratadora de aguas residuales y la red de drenaje.

En un inicio todo funcionó bien. El drenaje corría a la planta, y ahí se limpiaba el agua y se vaciaba en la laguna. Esa misma agua la ocupaban para el riesgo de sus cultivos. El gobierno estatal acordó con el ayuntamiento de Eduardo Neri que ellos debían pagar el mantenimiento de la planta, la energía y al personal.

Cuando Torreblanca dejó el cargo, el acuerdo se terminó y abandonaron la tratadora.

Carlos García recuerda que en esta obra se invirtieron 24 millones de pesos, 16 en la planta y el resto en la red de drenaje.

El problema es que para que funcione la red de drenaje, la planta tratadora es fundamental. Huitziltepec es un llano completamente plano, sin ningún desnivel natural. Así que parte de la función de la planta era succionar las aguas de la red.

Sin la planta y sin desnivel, el drenaje comenzó a regresar, se estancó hasta que colapsó la red y ahora las aguas negras están en las calles.

Vivir con el hedor permanente provoca muchas molestias, pero lo peor son las enfermedades gastrointestinales, una constante, al igual que las infecciones en la piel. El problema se agrava porque en el centro de salud no hay medicamentos.

Por todo esto, la localidad lanza una advertencia a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda: si no los atiende, el miércoles 13 de abril, bloquearán la Autopista del Sol, aunque provoquen un caos para los turistas que quieran llegar a Acapulco por la Semana Santa.

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